Alda, juntos y juntas, hacer País
Txetx Etcheverry (este artículo ha sido publicado en Enbata)
Alda nació en octubre de 2020 y reunió en menos de cuatro años las condiciones para ganar su apuesta: convertirse en un gran movimiento que trabaja en el seno y con los sectores populares de Iparralde, para darles poder y permitirles hacer oír sus voces más eficazmente.
Alda en cifras
Hoy en día, Alda cuenta con 880 miembros que pagan mensualmente una cotización básica de 5 euros, o una cuarta parte de ellos una cotización de apoyo de 10 euros. El objetivo que debe alcanzarse a finales de 2024 es superar los 1000. Con el tiempo, Alda pretende autofinanciarse completamente, con donaciones y adhesiones, mediante las fiestas y ventas de material militante, y de los fondos pagados en función de los resultados de las elecciones de los representantes de los inquilinos HLM. La primera vez que Alda se presentó en estas elecciones, entre los dos arrendadores sociales más importantes del País Vasco Norte, Alda obtuvo el 52% de los votos en Habitat Sud Atlantic y el 39% en Office 64 de l’Habitat. Además, Alda reúne a cientos de personas voluntarias, organizadas en grupos de trabajo, colectivos de barrios, o movilizadas para tareas específicas o para determinadas actividades o fiestas de apoyo. Más de 160 de ellas constituyen, de Hendaya a Mauléon, la red que cada cuatro meses distribuye ante cada puerta de los barrios populares del Iparralde los 40.000 ejemplares del periódico Alda.
Otras personas voluntarias trabajan en las “batallas cotidianas”, es decir, acogen, escuchan y acompañan a las innumerables familias y personas en dificultades o víctimas de una injusticia que se ponen en contacto cada día con Alda. Ahora se organizan en grupos que trabajan en Bayona, San Juan de Luz o Hendaya. Hoy en día, cada semana, Alda acompaña a más de 450 familias o personas.
Juntos y juntas ganamos
Es uno de los lemas favoritos de Alda. Y efectivamente, desde hace cuatro años, la acción colectiva construida por el trabajo de Alda permite multiplicar las victorias. En primer lugar, en las batallas cotidianas, impidiendo un desalojo ilegal, obligando a algunos propietarios o agencias a devolver sumas indebidamente recibidas o retenidas, recalificando arrendamientos, contratos de seguro, anulando una decisión administrativa que impide a una persona inmigrante lograr los papeles o ganando un recurso DALO que permite finalmente el acceso a una vivienda digna a personas o a familias enteras.
A nivel del territorio, por último, bonitas victorias globales a las que Alda han contribuido, en gran medida, mediante acciones y el trabajo llevado a cabo a lo largo de los últimos cuatro años: la regularización de los anuncios de Airbnb, la instauración del reglamento por el que se establece la compensación que ha detenido claramente la proliferación de viviendas turísticas, la lucha contra el fraude masivo en el sector inmobiliario y en los alquileres, la creación por parte del Estado de un Comité de lucha contra los arrendamientos fraudulentos en Iparralde, la próxima aplicación de un control reforzado de los alquileres en Iparralde, la creación de una bolsa de vivienda social en Iparralde (que afecta a más de 3.000 inquilinos que ya han solicitado un cambio de vivienda).
Una aportación cualitativa e innovadora
En el día a día, Alda impulsa y practica nuevos métodos de trabajo o de acción innovadores. Las y los lectores de Enbata podrán leer en este mismo número un primer repaso sobre el trabajo realizado por la asociación con los colectivos de barrio. Estos cuatro años también habrán visto el trabajo de Alda para hacer emerger un nuevo actor político en el debate y la agenda de Iparralde: las y los inquilinos. Es notable también la participación de Alda en instancias y reuniones para mejorar el día a día de la gente, fomentar prácticas alternativas, impulsar proyectos o propuestas incluyendo leyes, reflexionar sobre posibles ejes de intervención futuros, en el ámbito de la salud, las relaciones con la administración, la movilidad, la educación o la formación, etc.
Por último, el trabajo de Alda, que vincula el movimiento abertzale con una parte creciente de sectores populares de Iparralde, es importante por dos razones. La aportación cualitativa, política, de estos sectores populares es fundamental para el proyecto abertzale, que evidentemente no será el mismo sin ellos. Es incluso esencial para permitir que este proyecto mantenga y desarrolle al máximo toda su dimensión progresista e inclusiva.
Y lo que tiene que ofrecer el movimiento abertzale a estos sectores y barrios populares es también esencial porque aporta sentido y comunidad, dos cuestiones cruciales a las expectativas y necesidades de las personas que los componen.