Bernardo Atxaga: Yo creo plenamente a las trabajadoras de residencias
Bernardo Atxaga en el programa Mezularia de Euskadi Irratia el 12 de junio
A veces pienso sobre la distancia entre lo dicho y lo hecho. Ayer, por ejemplo, estuve en Bilbao, hable con las trabajadoras de las residencias de ancianos. Como sabéis, la mayoría son mujeres y llevan un año luchando, más de 150 días de huelga.. Denuncian la falta escandaolsa de personal, servicios realizados a contra reloj, sesiones de trabajo que te djan doblada, disponibilidad en semanas, días y festivos, salarios de 1.000 euros escasos... En una palabra, denuncian la precariedad y el no poder ofrecer un buen servicio de cuidados.
Si los gobernantes piensan y sienten así ¿por qué no le dan una solución a este problema que tienen tan a mano y viene tan a cuento? ¿Por qué obligan a 5.000 trabajadoras a condiciones tan duras?
¿Qué dicen de la patronal las trabajadoras? Recordad que aquí también hablamos de subcontratas... Dicen que es justo la contraria: beneficios millonarios y todo el apoyo de la Diputación.
Yo creo plenamente a las trabajadoras de residencias, son sinceras. Si no fueran sinceras no cargarían con los dolores de una huelga larga. Por lo que la pregunta es: ¿por qué no cede la Diputación de Bizkaia? ¿Por qué no actua en favor de la paz social y de la justicia? Aquel que ha extendido su fuerte mano a la hora de establecer servicios mínimos, la puede extender, también, en favor de una solución.
Creo que la pregunta es adecuada. Es adecuado hacer esa apelación a los gobernantes, a los que mandan en Bizkaia y en Euskal Herria, porque esos gobernantes, a menudo, confiesan sus buenas intenciones: tenemos que progresar sin dejar a nadie atrás, debemos asegurar una vida digna a las personas sin protección social y económica, queremos mantener y mejorar la red de ayudas sociales... Nuestros gobernantes, además, no quieren precariedad, ni grandes diferencias sociales, dicen que quieren una sociedad integrada.
Siendo así las cosas, una segunda pregunta: si piensan y sienten así ¿por qué no le dan una solución a este problema que tienen tan a mano y viene tan a cuento? ¿Por qué obligan a 5.000 trabajadoras a condiciones tan duras?
“A veces yo no soy de mi opinión”, nos dijo una vez el cura de mi pueblo. A lo mejor nuestros gobernantes nos dirían lo mismo si les recordáramos su ideario cristianodemócrata humanista. Que a veces no son de su opinión, y que por eso no toman en consideración las protestas y las reivindicaciones de las trabajadoras de residencias.