En Mercedes, mirando de frente
Begoña Vázquez, responsable comarcal de ELA-Gasteiz (este texto lo hemos extraído de la publicación ¿Mercedes, es Mercedes? No más excusas)
Un gigante con todo a su favor. Una empresa que ha visitado desde Urkullu hasta el Rey. Con picos de producción históricos y "modelo" de creación de empleo. Básico para la economía alavesa (y vasca), tal y como se encargan de trasladar los medios de comunicación y nuestros gobernantes.
ELA en Mercedes es David, pelean con una honda hecha de organización, trabajo en equipo, razones y gana
Un gigante con pies de barro, que abusa de su poder. Líder en contratación fraudulenta, en vulneración de derechos sindicales y que alimenta un sindicalismo de favor a quienes le siguen el juego. Que juega a la incertidumbre de la producción y a la amenaza de deslocalización.
Una maquinaria de generar miedo que se pone en marcha cada vez que hay que negociar nuevo convenio, nuevos calendarios e incluso elecciones sindicales. Como anécdota podemos mencionar la denuncia que puso el Sr. Titos (director general de Mercedes) en las elecciones de 2014, porque desde ELA conseguimos que se le excluyera del censo, su intención era participar en las elecciones sindicales como un trabajador más!!
Con ello, descartar la vía más cómoda y sencilla, que es la de avalar siempre cualquier medida de la empresa, sea cual sea, sin ningún tipo de organización, ni análisis previo, ni crítica.
ELA en Mercedes es David, pelean con una honda hecha de organización, trabajo en equipo, razones y ganas. Con un sindicato dispuesto.
Es lo que hemos ido demostrando estos años en Mercedes, acabar con la contratación fraudulenta, sumar mayorías alternativas, respeto a las mayorías y reglas de juego democráticas en la negociación. Trabajar de una forma distinta, huyendo de las trabas de la burocracia interna y desde el rechazo a la un modelo de relacionarse con la empresa basado en la mera concertación sindical, optando por elaborar nuestro plan y buscar objetivos para mejorar las condiciones de la plantilla y, con ello, descartar la vía más cómoda y sencilla, que es la de avalar siempre cualquier medida de la empresa, sea cual sea, sin ningún tipo de organización, ni análisis previo, ni crítica.
Queda mucho camino por recorrer. Las condiciones de la plantilla no son proporcionales a los dividendos que se reparten. Una empresa que vende su cara amable a los medios de comunicación, que están dispuestos a mentir por ella, no debería mostrar su peor cara a las trabajadoras y trabajadores que, sacando su producción adelante, son los que generan todos esos beneficios.
Está claro que el camino a seguir es el de seguir organizándose, ser capaces de diagnosticar los problemas que existen antes de que lleguen y trabajar en la planficación estratégica, que es la única que permite mirar de frente a los ojos a quien no está acostumbrado a tratar a la plantilla con el respeto que merece todo el que se lo gana día a día con su trabajo.