Feminismo y sindicalismo compartiendo alianzas
Jone Bengoetxea, Responsable de Políticas de Género en ELA
Artículo extractado del Landeia nº 187
En ELA, nuestra apuesta fundamental en la actualidad se remite a la organización en las empresas. Si no estás organizado/a la lucha se hace incierta o no posible. La defensa de los intereses de la clase trabajadora trasciende, en teoría, la pelea concreta que se da en los centros de trabajo, y es ahí, en la defensa de los derechos colectivos, en donde la retaguardia del sindicato se tiene que preparar para responder no solo a los nuevos retos organizativos sino a las nuevas dinámicas sociales que se vienen generando desde las calles.
Llegados/as a este punto, conviene escuchar las propuestas que llegan de otros lados, de otros sectores y movimientos sociales que, como el feminismo, tienen muchos lugares de encuentro con el sindicalismo.
¿Por qué se dice que la revolución será feminista o no será?
¿Sólo feminista?, pensaréis muchos y muchas. No hay fórmulas únicas ni luchas en solitario que puedan erradicar las desigualdades estructurales existentes, pero lo cierto es que todas las luchas relegadas a un segundo plano, como ha sido históricamente el feminismo, tienen mucho que decir y aportar en la transformación social a la que aspiramos.
Se relega, se desconoce y a veces se rechaza quizá porque, como dice Christine de Pizane, el feminismo es incómodo e impertinente, cuestiona el orden establecido y la moral y la costumbre y la cultura y, sobre todo, el poder. El feminismo todo lo que toca, lo politiza. No hay nada más políticamente incorrecto que el feminismo porque pone en evidencia los ejercicios ilegítimos de poder de la derecha y de la izquierda; de conservadores y progresistas; en el ámbito público y en el privado; de los individuos y de los colectivos (http://networkedblogs.com/HBQP7)
El feminismo es molesto así como el sindicalismo, y no por casualidad. La lucha por la igualdad real de todos y todas se cruza con la lucha de clases, con la lucha contra el racismo y la xenofobia, la homo-lesbo-transfobia y/o cualquier eje crítico que cuestione el orden establecido. Por lo tanto, aunque tendamos a parcelar y a jerarquizar las luchas, no nos queda otra que acompañarnos y encontrarnos, aunque el camino no esté exento de dificultades.
Análisis multidimensional
Es lógico que cada cual tenga distintas sensibilidades y acercamientos a distintas causas y/o injusticias sociales, pero no hay verdades únicas, y precisamos de análisis multidimensionales para responder de manera más contundente y democrática a las crudas realidades que tenemos enfrente.
“… si los grandes movimientos quieren vivir lo suficiente para poder alcanzar lo que se proponen deben reinventarse a sí mismos. Para poder ser sostenibles, los movimientos no sólo deben crecer, también deben transformarse. Y esto no sólo porque los tiempos inevitablemente cambian, sino también porque nosotras mismas hemos cambiado los tiempos. Por lo tanto, debemos responder, en parte, también a nuestra propia historia”. Bella Abzug.