He visto visiones (y una post-data)

2017/12/13
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He estado en Paris y he visto visiones. Imaginen una pancarta con Iñigo Urkullu, Alfonso Alonso, Idoia Mendia, Susana Díaz, Andoni Ortuzar, Nagua Alba, Maialen Iriarte… y tras ellos Raul Arza, Mari Cruz Vicente, Txiki Muñoz y Garbiñe Aranburu. Y detrás 10.000 mil personas. Y todo ello en Madrid. Imaginen que en la pancarta pone “Paz en el País Vasco: ahora los presos”.

Xabi_AnzaXabier Anza, Manu Robles-Arangiz Fundazioko lehendakaria

Imaginen que al día siguiente El Mundo, El País, el ABC… dan cuenta de lo sucedido, con bastante objetividad.

Yo lo he visto. Eran ellos y ellas, o mejor: eran lo que ellos y ellas representan.

Y esa foto no es casualidad. Fueron a Aiete y se lo creyeron. Y creyéndoselo decidieron encontrarse, conocerse y reconocerse. Y en el tiempo han construído una pedagogía de la paz y la convivencia que nos hace ver visiones aquí, en Hegoalde

Eran Jean-René Etchegaray (nuestro lehendakari de Iparralde), Max Brisson (cabeza de lista en las senatoriales de Les Republicains), Frédérique Espagnac (exsenadora y miembro de la dirección del PSF), Hamon (expresidenciable socialista francés), Xabi Larralde (Sortu), el PNV, la CGT, la CFDT, LAB, ELA…

Estaban todos y todas las que tenían que estar.

Miren la foto. No la encontrarán fácilmente, ni siquiera en la prensa vasca de ayer.

Por si la foto no era suficiente toma la palabra el lehendakari diciendo que se sienten insultados, porque 6 años después de Aiete y de que ETA finalizase su actividad, y 8 meses después del desarme, el Gobierno francés aplica una legislación de excepción a los presos y presas vascos. Lo dijo Etchegaray. Y dijo muchas cosas más.

Luego hablan la hija de un preso, Anaiz Funosas y Michel Tubiana, artesanos ambos y éste presidente de Honor de la Liga de los Derechos del Hombre, prestigiosa organización de más de un siglo de existencia. Habla Mixel Berhokoirigoin y actúa Fermín Muguruza.

Yo estaba allí y lo vi.

Y esa foto no es casualidad. Fueron a Aiete y se lo creyeron. Y creyéndoselo decidieron encontrarse, conocerse y reconocerse. Y en el tiempo han construído una pedagogía de la paz y la convivencia que nos hace ver visiones aquí, en Hegoalde:

Cuando la policía detuvo a quienes ahora hace un año en Luhuso estaban desactivando armas de ETA, se pusieron de su lado. Y le dijeron al estado francés que no era de recibo que gente de bien se arriesgase por hacer aquellas cosas que debía hacer el estado.

Cuando llegó el 8 de abril, volvieron a dar amparo a la gente que se jugó el tipo por completar el desarme, asumiendo la responsabilidad política y técnica de algo que jamás la sociedad civil debería haber tenido que asumir.

Y cuando ha llegado la hora de los presos y presas, se han puesto al frente del clamor popular. No porque se consideren el frente de nada, sino porque entienden que su función es precisamente dar cauce al clamor de la gente. Porque entienden su liderazgo político conectado estrechamente con las aspiraciones éticas y políticas de una sociedad que se autoorganiza.

Abro el Berria del domingo y leo la entrevista a Mixel Berhokoirigoin, artesano de la paz, y, en mi opinión, el más grande dirigente abertzale de todos los tiempos. No sobra ninguna de sus palabras. Y avisa:

no aceptaremos que dentro de cuatro meses las cosas sigan igual. Nos moveremos antes y cambiará nuestro tono”.

Yo le creo. Porque lo he visto.

Porque tienen fe y actúan, y haciéndolo mueven montañas. Zorionak, Artisauak!

P.D. Abro el Noticias de Gipuzkoa del domingo y leo la entrevista a Jonan Fernández. Se refiere a Paris diciendo que no basta con manifas, que hay que hacer más cosas… y pasa a detallar lo que ETA y los presos y presas deberían hacer o haber hecho.

Hay dos cosas que no dice:

  1. Que lo de Paris es mucho más que una manifa, que es un trabajo y una pedagogía de seis años, que incorpora hoy a todo el arco político y sindical de Iparralde, a excepción del Frente Nacional.
  2. Que la sociedad, las personas, los presos y las presas tienen derecho a equivocarse… pero lo estados no tienen derecho a no aplicar la ley y los principios constitucionales, o dicho de otra manera: que los derechos fundamentales no pueden estar concidionados a que las personas hagan una cosa u otra, por muy exigible que esas cosas resulten políticamente.

Jonan sabe ambas cosas. Ez da gaur goizekoa. Y las he echado en falta.

Ah! Y no ha faltado a la cita del día después, a contar lo suyo. Como hizo el 9 de abril…

Triste.