La transición ecológica de la economía ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo?
La transición ecológica de la economía ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo?
Florent Marcellesi
Introducción
La transición es la “acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto”. Hoy día “el modo de ser”, es decir nuestro sistema socio-económico actual, está gravemente enfermo. Basado en el crecimiento infinito en un planeta finito, vive una profunda crisis existencial: las crisis ecológica, social, de cuidados, económica, ética y democrática se entrelazan provocando cada vez mayor injusticia social, local y global, y poniendo incluso en peligro la supervivencia civilizada de la humanidad.
Veremos que es posible crear más empleo de cara a los años venideros gracias a un cambio de modelo productivo basado en los sectores y empleos verdes
El “modo de ser distinto” son estos otros mundos posibles que tantos movimientos sociales y políticos reivindican y construyen en la práctica. Estos mundos son futuros deseables y necesarios donde la prosperidad ya no es nuestra capacidad de acumular siempre más (unos mucho más que otros) sino nuestra capacidad de vivir bien y felices dentro de los límites ecológicos del Planeta. Digámoslo con claridad desde ya: en estos “modos de ser” alternativos y en contra de las ideas preconcebidas, la ecología y el trabajo (productivo y reproductivo, decentes y dignificantes) van de la mano. Por ejemplo, la mayoría de los procesos de producción limpios, los más saludables con respecto a la naturaleza, los que más ahorran en energía y en materiales, en agua o en emisiones de C02, exigen más volumen de trabajo —para la misma cantidad producida— que las producciones o servicios que contaminan y sobrexplotan los recursos naturales.
De forma más genérica, la transición ecológica de la economía es una propuesta de salida ordenada de la economía del crecimiento y de las lógicas industriales y fordistas hacia otra economía, otra sociedad, en la que prime la sostenibilidad, la calidad, la solidaridad y la participación ciudadana. Es un proceso de “reformismo radical”, es decir una política de los pequeños —y a veces grandes— pasos a corto y medio plazo (según la teoría del “camino se hace al andar”) con objetivos radicales a largo plazo.
Para recorrer este viaje con éxito, es necesario ante todo deshacerse de algunos conceptos de la economía tradicional y plantear otros nuevos adaptados a los retos ecológicos y sociales del siglo XXI (primer capítulo). Luego, con valentía, se trata de plantear que supone esta gran transformación en términos de sectores y trabajos deseables y no deseables (segundo capítulo). En particular, veremos que es posible crear más empleo de cara a los años venideros gracias a un cambio de modelo productivo basado en los sectores y empleos verdes (tercer capítulo). Sin duda, estas mutaciones requerirán unas condiciones necesarias básicas para llevarse a cabo a través de un cambio de expectativas, más democracia y unas políticas públicas ambiciosas que ilustraremos, a modo de conclusión, con una buena práctica de transición ecológica e integral en un pueblo minero (cuarto capítulo).