Las trabajadoras de la Mediateka del Azkuna Zentroa de Bilbao lo lograron

2019/02/01
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El 27 de enero los mediadores de la biblioteca Ubik organizaron en Tabakalera una mesa redonda para compartir experiencias que han conseguido acabar con la precariedad en el mundo de la cultura. Resumimos aquí el testimonio de las trabajadoras de la Mediateka del Azkuna Zentroa de Bilbao.

Mesa Redonda BitartekariakPatricia Fernández, trabajadora de la Mediateka del  Azkuna Zentroa de Bilbao (este es un resumen del testimonio que realizó en la mesa redonda)

La mediateca del Centro Azkuna está en funcionamiento desde 2010. Trabajamos en ella 25-30 personas que durante 8 largos años aguantamos con unas condiciones de trabajo horribles porque nos aplicaban un convenio que no era el nuestro: el convenio estatal de oficinas y despachos. Nosotras trabajamos todos los fines de semana y festivos, pero no los cobramos porque en el convenio no se habla de ello, dado que las oficinas y despachos no abren esos días. Como somos muy valientes, aguantamos así 8 años, hasta que la adjudicación del servicio salió a concurso de nuevo.

Nosotras llevábamos 8 años con el mismo sueldo, sin antigüedad, sin cobrar festivos... teníamos miedo. Aguantas porque no te queda más remedio

Las empresas querían que continuáramos igual otros 8 años, que siguiéramos sin ser auxiliaren de biblioteca, porque en el convenio aparecíamos como auxiliares a secas (da igual que seas auxiliar de farmacia, o de una panadería), no ponía que trabajáramos en una biblioteca.

Después de un proceso de empoderamiento, junto con el sindicato ELA, llegamos a la conclusión que el convenio que se nos debía aplicar a nosotras era el de intervención social de Bizkaia (la verdad es que cualquier cosa era mejor que lo que teníamos). Nosotras trabajamos con personas, ayudándolas, enseñando, acercándoles las nuevas tecnologías y las nuevas culturas. Eso no se hace ne las oficinas y despachos que cierran los domingos.

No se nos reconocía la antigüedad (¡después de 8 años!), cobrábamos menos de 1.000 euros (yo con  jornada completo no llegaba a los mil euros). Es patético, pero siempre encontramos a nuestro alrededor gente que esta pero que nosotras. En nuestro caso era el personal de refuerzo, con jornadas del 50-70% que cobraban 500-700 euros, trabajando fines de semana y festivos (librando sólo un fin de semana al mes).

No es que de un día para otro nos hemos vuelto locas y nos vamos a la huelga. Estuvimos años intentando hablar con las empresas, intentando hablar con la dirección del centro, para llegar a un acuerdo y no tener que entrar en un proceso de huelga

Nos unimos mucho aunque fuéramos 25 personas. No es fácil unir a tanta gente en un camina, con una idea similar en la cabeza. Una idea fundamental fue la que nos mantuvo unidas, y es que el Centro Azkuna nos va a sobrevivir a todas nosotras. Como personas, defendemos que en centro abra con buenas condiciones. En un sitio que va a estar ahí, generaciones de personas van a aprender ahí, van a crear cultura ahí... Como trabajadoras que estamos sufriendo esos sueldos y como ciudadanas tenemos que defender que este sitio abra con unas buenas condiciones, no sólo para nosotras, sino para las siguientes que vengan aquí, y para que las personas usuarias reciban un trato de calidad, bien pagado, porque la cultura hay que pagarla bien. Esa es una de las conexiones que nos unió a todas en este camino, y ahí comienza el proceso de queja. Cuando salió este nuevo concurso era: o tragamos y seguimos igual que hasta ahora, o preferimos perder nuestro puesto de trabajo antes de continuar.

No es que de un día para otro nos hemos vuelto locas y nos vamos a la huelga. Estuvimos años intentando hablar con las empresas, intentando hablar con la dirección del centro, para llegar a un acuerdo y no tener que entrar en un proceso de huelga. Pero nos ignoraron totalmente, y el único recurso que nos quedó fue organizarnos y empezar el proceso de huelga.

Huelga

La mujer no sabía lo que era una mediateca, estaba quejándose porque estábamos haciendo mucho ruido (que hacíamos mucho), y al final se puso detrás de nosotras en la pancarta, medio llorando, diciendo que "esto era lo que debería haber hecho mi hija en su empresa"

La huelga es muy dura emocionalmente. Es díficil que la gente esté bien. Lo pasas mal. Te viene todo el rato a cabeza "puedo perder el trabajo y tengo una familia que sacar adelante", y es muy duro no recibir respuesta alguna de las empresas o del ayuntamiento. A lo mejor creían que íbamos a desistir... Hasta la tercera semana no se pusieron en contacto con nosotras. Las empresas decía que querían negociar, pero que nos estaba en sus manos. Esto es como un ménage à trois con mucha gente, porque hasta ahora la lucha ere empresa-trabajador pero aquí entraban en juego el ayuntamiento, las empresas, el Centro Azkuna y las trabajadoras, y nadie quería tomar la responsabilidad.

Este edificio lo hemos pagado entre todas y todos, y tenemos derecho a decidir qué servicios y en qué condiciones se dan. Lo que pasa es que en esta sociedad consumista estamos más a la espera de lo que nos den, de activarnos para luchar por lo que nos corresponde. Estamos subcontratadas, con condiciones miserables, pero no hacemos nada para cambiar la situación, y seguimos igual.

En la mediateca tenemos unos 1500 ususarios al día, y esa gente te defiende. Durante el proceso de huelga el feedback de la gente es muy importante, te da mucha fuerza. Cuántas veces nos habrán dicho que somos funcionarias. Cuántas veces nos abrán dicho que estamos enchufadas... y cuando dices a la gente que hay algunas que cobran 700 euros te miran asombrados. Recuerdo el caso de una señora que se nos acercó, un caso especialmente emotivo, casi acabamos llorando porque la mujer nos contó que su hija tenía una serie de problemas, le habían despedido, estaba en juicios... y la mujer no sabía lo que era una mediateca, estaba quejándose porque estábamos haciendo mucho ruido (que hacíamos mucho), y al final se puso detrás de nosotras en la pancarta, medio llorando, diciendo que "esto era lo que debería haber hecho mi hija en su empresa". Eso te emociona mucho, te anima. Pero hace que te des cuenta de la desinformación que hay a nivel de la ciudadanía, y de cómo se sienten.

Para nosotras fueron un referente los y las trabajadoras del museo de Bellas Artes de Bilbao. Estaban subcontratadas con malas condiciones laborales, pero se organizaron, fueron a la huelga e hicieron unas acciones muy vistosas y coloridas. Tenemos la responsabilidad de luchar por las generaciones que vienen, igual que lucharon nuestras madres y padres, nuestras amamas y aitites, nosotras tenemos que luchar por nuestras hijas e hijos.

Una cosa es la impecable imagen que tiene el Centro Azkuna, y otra las condiciones que sufren los y las trabajadoras que lo llevan adelante. Nosotras llevábamos 8 años con el mismo sueldo, sin antigüedad, sin cobrar festivos... teníamos miedo. Aguantas porque no te queda más remedio. Pero después de 8 años, nos dimos cuenta de que podíamos cambiar la situación. Dijimos ¡basta! y después de 38 días de huelga conseguimos que nos aplicaran el convenio de Bizkaia de intervención social. Vosotros también lo conseguiréis.