¿Mercedes, es Mercedes? No más excusas
Introducción: partiendo del casode Efrén
Contratos de trabajo semestrales encadenados, en situación temporal, con despidos… El caso de este joven de treinta años es un claro ejemplo del fraude existente en la contratación de la empresa Mercedes-Benz. Hoy en día, Efrén Cotillas se ha convertido en delegado de ELA, y llevaba más de dos años encadenando contratos precarios, sucesivamente.
Este dato está muy extendido en Vitoria, y los políticos también así nos lo han admitido. Pero todos utizan una excusa parecida: “¡Mercedes, es Mercedes!”
Recién incorporado en la fábrica, se le acercaron los delegados de UGT y de otros sindicatos firmantes del convenio, y le comentaron que de afiliarse al sindicato tendría más posibilidades para seguir trabajando en la empresa y conseguir un contrato fijo. Efrén llevaba un año trabajando, e iba a finalizar su segundo contrato, cuando, en vez de hacerle un contrato fijo, lo despidieron de la empresa. Al día siguiente de su despido, se reincorporó al puesto de siempre en la empresa, con un nuevo contrato. ¡Y así estuvo durante dos años!
Ante esta situación fraudulenta, UGT realizó una dura campaña entre sus afiliados, y, en general, entre todas las personas trabajadoras: querían hacer creer que el fraude era legal, y, por tanto, normal. Es decir, que era legal trabajar durante dos años con un contrato temporal. Efrén lo creyó a pies juntillas: “Nos decían que era legal, y nosotros nos lo creímos”. Para ELA fue inaceptable el hecho de querer camuflar y darle una apariencia normal a aquel fraude. Por ello, realizó una contracampaña en primavera de 2016, precisamente para denunciar el fraude tan extendido como el nivel de eventualidad que existía.
El de Efrén no es un caso aislado, ni tampoco un recorrido individual: su denuncia es el resultado de un trabajo sindical colectivo, planificado y dirigido de antemano
Fue entonces cuando Efrén empezó a ponerse en contacto con Igor Guevara, delegado de ELA. Había empezado a ver con sus propios ojos situaciones que consideraba increíbles en un principio: que el enchufismo estaba extendido, que parecía que muchos afiliados de UGT conseguían un trabajo fijo.
“En Mercedes contratan a mucha gente, de todo tipo, por supuesto. Pero el trato de favor que tienen supuestamente los que se afilian aUGT es evidente. Este dato está muy extendido en Vitoria, y los políticos también así nos lo han admitido. Pero todos utizan una excusa parecida: “¡Mercedes, es Mercedes!”.
Efrén tenía dos opciones. Por un lado, afiliarse a UGT u otro de los sindicatos firmantes, para ver si así tenía más posibilidades de tener un trabajo estable. Y, por otro lado, denunciar la situación, es decir: que después de un año trabajando, le despidieron para después reincorporarlo en el mismo puesto de trabajo.
Efrén optó por la segunda vía, y, al mismo tiempo que acudía a la Inspección de Trabajo, fue uno de los primeros que interponía una denuncia individual en los juzgados. La Inspección de Trabajo ya había hecho un requerimiento a la empresa con motivo de que el contrato de Efrén debía tener carácter indefinido. Mientras tanto, Efrén fue elegido como delegado sindical de ELA, pero fue despedido cuando iba a finalizar su contrato. Ya no se podía exigir su conversión en los juzgados, pero el/la juez/a dictaminó que fue un despido improcedente.
La empresa ha interpuesto un recurso. Igor Guevara nos lo cuenta así: “ELA, por su parte, ha interpuesto un recurso para exigir que el despido sea considerado como nulo. Esto crearía jurisprudencia a la hora de demostrar el fraude que ELA ha estado denunciando durante años”.
El de Efrén no es un caso aislado, ni tampoco un recorrido individual: su denuncia es el resultado de un trabajo sindical colectivo, planificado y dirigido de antemano. De hecho, la sección sindical de ELA ha realizado un trabajo exhaustivo para estudiar de arriba abajo miles de contratos, y ha denunciado la situación de 500 personas trabajadoras, con nombre y apellido. Hoy en día casi el 80% son indefinidos.
Es imprescindible poner en valor el trabajo que ha realizado la sección sindical estos últimos años: los acontecimientos no han sido casuales, ni han llegado a este punto a ciegas. Por un lado, era necesario cambiar las lamentables condiciones de la negociación colectiva: los procesos de negociación, año tras año, eran opacos, sin transparencia, consensuados con el mínimo contenido fuera de la mesa de negociación. “Aquella situación era insostenible, y quisimos dar un salto” nos ha comentado Egoitz Iturbe, responsable de la federación de industria de Gasteiz. Detrás de todo esto hay muchísimo trabajo, para lograr hacer frente a la precariedad, luchar contra el fraude en la contratación, y poner límites a la eventualidad.
Han pasado casi cuatro años desde que se celebraron las anteriores elecciones: en noviembre de 2014, el delegado sindical de ELA y los y las trabajadoras establecieron retos y estrategias diferentes, al detalle. Haciendo siempre lo mismo, siempre se obtienen los mismos resultados. Si el fin era cambiar la situación, era necesaria una planificación.