Necesidades de la banca española
Recogido del Boletín 11 del Gabinete de Estudios de ELA
Las pruebas de resistencia consisten en simulaciones hechas sobre papel acerca de la capacidad de los bancos y cajas para enfrentarse a un deterioro general de la economía y algunas de sus secuelas como un aumento del desempleo, el impago de créditos y la devaluación de sus inversiones. En este caso se han establecido un escenario base con una caída acumulada del PIB del 1,7% y una tasa de desempleo del 23,4% y otro adverso con una caída acumulada del PIB del 6,5% hasta el 2014, un escenario de impago de crédito del 29% de media y un escenario donde el desempleo alcanza el 27,2%. En el escenario base el capital puro con el que las entidades pueden hacer frente a sus supuestas pérdidas (Tier1) es del 9% mientras que en el escenario adverso es del 6%.
En total se han analizado 14 entidades bancarias que representan en torno al 90% del sistema financiero del Estado español. De estos 14 bancos 4 son entidades nacionalizadas, por lo tanto controladas por el FROB. En total, el informe estima que las cuatro bancas nacionalizadas tienen una necesidad de recapitalización de 46.206 millones de euros. Bankia encabeza la lista, con una necesidad de capital de 24.743 millones de euros y le siguen Catalunya Caixa, que precisa 10.825 millones de euros, Novagalicia, con una necesidad de capital de 7.176 millones de euros y el Banco de Valencia con otros 3.462 millones. Estas cuatro entidades nacionalizadas concentran el 86% de las necesidades de capital.
En total, el informe estima que las cuatro bancas nacionalizadas tienen una necesidad de recapitalización de 46.206 millones de euros.
Otras tres entidades no nacionalizadas pero con necesidades de capital adicional, son: Banco Popular (3.223 millones de euros), Banco Mare Nostrum (2.208 millones de euros) y la fusión de Ibercaja, Liberbank y Caja3 (2.108 millones de euros).
El resto de entidades que completan el análisis no necesitan capital. Estas son : Santander, BBVA, Caixabank, Kutxabank, Sabadell, Bankinter y la fusión de Unicaja y Caja España Duero.
En el último test de estrés llevado a cabo en 2011, 5 bancos españoles suspendieron. En este test se solicitaba un ratio de solvencia del 5% para aprobarlo. A finales de 2010 y sin ampliar capital 9 entidades españolas no tenían el ratio de solvencia suficiente como para aprobar este examen. En abril de 2011 y después de haber realizado ampliaciones de capital, 5 entidades españolas suspendieron por no haber llegado al %5 de ratio de solvencia. Los bancos españoles con suspenso fueron Unnim, Catalunyacaixa, CAM, Caja3 y Banco Pastor. En este momento el Banco de España dijo que estos bancos no necesitaban ampliaciones de capital ya que el sistema español contaba con provisiones genéricas o bonos convertibles que de ser tenidos en cuenta para calcular la nota les haría aprobar. A pesar de ello la Autoridad Europea Bancaria (EBA) destaca que 7 entidades españolas tendrían un aprobado raspado al tener un ratio de capital entre el 5 y el 6%.
La EBA recomendaba a los supervisores nacionales que requiriesen a las entidades suspendidas a tomar medidas para cubrir sus necesidades de capital. El Banco de España aseguró que pese a los suspensos “ninguna entidad española requiere aumentar su capital como consecuencia de las pruebas de resistencia de la EBA”. La vice presidenta económica Elena Salgado, en la línea del gobernador del Banco de España, aseguró que el resultado del test de estrés era excelente y que mostraba la solidez del sistema financiero español.
El Banco de España declaró que el sector bancario español se sometió a un ejercicio de total transparencia.
Las buenas notas en España se la llevaron Banca March, la Kutxa, Unicaja, BBVA, BBK, Banco Santander, Banc Sabadell y Bankia. Fueron las entidades con mayor nivel de recursos de máxima calidad del sistema financiero español. Transcurrido un año desde la realización del último examen de la banca, no hay más que ver lo que ha sucedido, por ejemplo, con Bankia.
La credibilidad de estas pruebas periódicas al sistema financiero es dudosa, ya que todas las realizadas hasta el momento han quedado en evidencia al de pocos meses.
El test de estrés de 2011 demostró ser una farsa aún más rápido que el realizado en 2010, cuando los bancos irlandeses, por ejemplo, fueron proclamados como “sanos”. Cuatro meses después tuvieron que recibir un rescate financiero.
La credibilidad de estas pruebas periódicas al sistema financiero es dudosa, ya que todas las realizadas hasta el momento han quedado en evidencia al de pocos meses. En este informe presentado la semana pasada, por ejemplo, el porcentaje de capital puro mencionado en la descripción de los escenarios simulados es diferente. Curiosamente se pide menos capital para hacer frente a las pérdidas en un escenario adverso. Cabe destacar que ese porcentaje se fija por ley y el gobierno lo estableció en el RD 24/2102: “las entidades de crédito deberán contar con un capital principal de, al menos, el 9% de sus exposiciones totales ponderadas por riesgo”. Por lo tanto, si la simulación se hubiese hecho tomando en cuenta ese 9%, la necesidad de capital de la banca no hubiese sido de 53.700 millones de euros, sino que mucho más elevada. Este error se refleja en el informe cuando en el apartado de “Resultados por Entidad” el Banco Santander y la BBVA tienen menos capital en el escenario base que en el adverso.
Está claro que el total de la banca del Estado español acumulará enormes pérdidas y que la solución será ir reduciendo el endeudamiento, por lo tanto, no es cierto que el crédito vaya a fluir en la economía real y más cuando es evidente que se seguirán rescatando bancos con dinero público.