(Publicación) Estudios 53: La clase trabajadora sostiene el sistema fiscal
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La fiscalidad y el reparto de la riqueza son dos cuestiones centrales para ELA, y es por ello que lleva años trabajando y proponiendo medidas en este ámbito. La recaudación de impuestos es una cuestión que nunca ha estado exenta de polémicas y es cierto que siempre ha suscitado debate en la sociedad. En opinión de ELA, la fiscalidad debería ser una herramienta para la redistribución justa de la riqueza, una riqueza que es creada por los trabajadores y trabajadoras pero que les es sustraída por los y las empresarias. Las corrientes liberales (y libertarias), en la actualidad representadas por el PP de Ayuso o el presidente argentino Milei, en cambio, propugnan la idea de que los impuestos son un robo y por eso reclaman una rebaja de impuestos a la “ciudadanía”, esgrimiendo el falaz argumento de que el dinero donde mejor está es en los bolsillos de las personas.
Esa idea, que se traslada a la ciudadanía, y cala, en cierta manera, ya sea por desinformación, pero también debido a la instrumentalización de los sectores más pudientes, obvia por completo a quién beneficia la bajada de los impuestos. En las últimas décadas, el todos contra todos entre países e incluso entre comunidades autónomas, ha generado un dumping fiscal y una carrera a la baja de la recaudación de los impuestos provenientes del capital. La bajada de la recaudación se ha producido en los impuestos como Sociedades, Patrimonio, Sucesiones y en aquellos tributos que afectan a las personas más adineradas. Por tanto, no hay dudas: la rebaja de los impuestos beneficia al gran capital y a quienes más tienen.
En este sentido, Oxfam ha señalado que el 1% más rico ha acumulado casi el doble de riqueza que el resto de la población mundial en los últimos dos años. Entre otros, el informe desvela que 95 grandes empresas de energía y de alimentación a nivel mundial han aumentado sus beneficios más del doble, generando unos beneficios extraordinarios en 2022 por un total de 306.000 millones de dólares, de los cuales destinaron el 84% a remunerar a sus accionistas. Recordemos que los impuestos sirven para la financiación de los servicios públicos y de las prestaciones sociales, pero deberían tener también como objetivo la redistribución justa de la riqueza. Esta redistribución tiene una doble vertiente: por un lado la de hacer pagar más a quienes más tienen. Y, por otro, garantizar unos servicios públicos de calidad que utilizan en mayor medida las rentas más bajas.
En este informe analizamos la estructura fiscal de la CAPV y Navarra, y proponemos medidas a las instituciones de Hego Euskal Herria con el objetivo de tener un sistema impositivo más progresivo en el que paguen más quienes más tienen. Estas medidas ayudarían, a su vez, a eliminar la brecha fiscal de género, dado que las rentas de las mujeres son menores y provienen mayoritariamente del trabajo y participan en menor medida de las rentas de capital.
Selección de los gŕaficos más significativos