Renovación sindical: ¿Qué podemos aprender de tres décadas de investigación?
Aunque los estudios de estos cuatro temas han producido pocas respuestas fáciles, lo que sí hacen es poner de manifiesto la continua búsqueda de renovación por parte de los sindicatos y es de esta búsqueda de donde surgen auténticas lecciones. El argumento dominante es que este largo proceso de experimentalismo democrático en el objeto y la práctica sindicales necesita ser entendido exactamente en esos términos. También pone de manifiesto el papel crítico de las capacidades estratégicas y la necesidad de desarrollar estas capacidades para experimentar con innovaciones que podrían revelar nuevas fuentes de energía para las organizaciones laborales.
Las tres últimas décadas han puesto de manifiesto problemas reales para los sindicalistas y para cualquiera que esté convencido de que los sindicatos desempeñan un papel fundamental en la defensa de la dignidad del trabajador y de la igualdad de oportunidades. Los síntomas convergen en un vertiginoso círculo vicioso: declives continuos del número de afiliados, reducción de la eficacia de las negociaciones colectivas y de la acción política, una debilitación aparente del compromiso de los miembros, dificultad para conectar con afiliados potenciales y el surgimiento de formas de acción colectiva alternativas y menos institucionalizadas. Sin duda, hay que celebrar los pequeños pero auténticos éxitos que se producen en la medida en que garantizan la dignidad y organización de los trabajadores y que sin duda hay que celebrar. No obstante, la falta de victorias importantes o, por lo menos, sólidas deja sin embargo un regusto amargo.
La renovación o revitalización sindical (términos utilizados alternativamente) hace referencia a los procesos de cambio para "introducir nueva vida y vigor" al movimiento sindical y para recuperar la fuerza organizativa e institucional (Kumar y Schenk, 2006). Durante las tres últimas décadas, generaciones sucesivas de investigadores han tratado de identificar y comprender estos procesos y los cambios de estrategia requeridos. Este artículo reflexiona sobre aquello que podemos aprender de los estudios sobre renovación sindical. Y para ello se basa fundamentalmente en estudios centrados en la experiencia de las economías de mercado liberales de habla inglesa. Este alcance restringido supone sin duda un límite, pero también presenta sus ventajas debido a la información revelada por dicha experiencia. Estos países figuran de manera prominente (aunque no exclusiva) entre aquellos con niveles bajos o declives pronunciados de la densidad sindical en las tres últimas décadas (Schnabel, 2013). Han tenido que enfrentarse a un ambiente hostil de políticas públicas y patronales o, en el mejor de los casos, a un ambiente de indiferencia. Dada la ausencia o debilitamiento del apoyo institucional, también dependen ampliamente de su capacidad de organizar a los nuevos afiliados. Ello ha generado a lo largo de varias décadas la proliferación de esfuerzos por parte de sus sindicatos por renovar sus estructuras organizativas y un gran despliegue de estudios que tratan de explicar y promover dichos esfuerzos. El resultado es un laboratorio virtual del que pueden extraer lecciones tanto los promotores de la renovación sindical como sus observadores. Sin embargo es importante tener en cuenta otras experiencias, como el dinamismo de muchos movimientos sociales y sindicales en las economías emergentes del Sur global, aunque las experiencias recogidas en este artículo ofrecen una advertencia sobre los límites y el potencial de algunas de las vías de experimentación intentadas. Además, a raíz de la crisis financiera y la supresión del apoyo institucional a la afiliación sindical y la negociación colectiva en una serie de contextos institucionales europeos caracterizados por niveles elevados de densidad sindical, la experiencia analizada en este artículo resulta más relevante para sindicatos en los que la organización de nuevos miembros no ha sido hasta ahora central en sus estrategias sino en aquellos en los que el interés por organizar y otras innovaciones organizativas resulta cada vez más evidente (Lind, 2009).
El análisis se ha articulado en torno a cuatro temas importantes: primero, la modernización de estrategias organizativas (identificar innovaciones y cómo lograrlas); segundo, los espacios representativos en los que están presentes los sindicatos (remodelar las estructuras sindicales para ocupar nuevos espacios representativos); tercero, formas de acción colectiva (diversificar y ampliar la gama de acciones en las que intervienen los sindicatos); por último, la capacidad de conexión (cómo ser más capaces de imbricar los intereses e identidades de los llamados "outsiders" en una práctica y un relato más amplios sobre el papel de los sindicatos en la sociedad).