Yayo Herrero: "Los Movimientos Sociales son un seguro de vida"
Tras nueve años en la coordinación compartida de Ecologistas en Acción, Yayo Herrero deja su cargo con muchos aprendizajes y una combinación de optimismo, “por militancia”, y de pesimismo, “por la urgencia de la crisis ecológica que vivimos”. Más por deseo de muchos sectores sociales que por sus declaraciones, su nombre ha sonado con fuerza como una posible candidatura para el proceso electoral de las municipales de Madrid, algo que Yayo Herrero descarta. Charlamos con esta ecofeminista sobre los retos del ecologismo social, el asalto al poder o las relaciones entre instituciones y movimientos sociales. [...]
El asalto institucional plantea muchas tensiones, como su relación con los movimientos sociales. ¿Cómo crees que se pueden resolver?
Aunque llegaran al poder las políticas y los políticos de nuestros sueños, el tipo de cosas que hay que hacer está muy a contracorriente no sólo del poder fáctico o económico, sino incluso de los imaginarios de una buena parte de la población
Mucha gente ha interiorizado la idea de que si después de un ciclo de tres años de lucha no hemos conseguido nada, la clave está en las instituciones. Aunque llegaran al poder las políticas y los políticos de nuestros sueños, el tipo de cosas que hay que hacer está muy a contracorriente no sólo del poder fáctico o económico, sino incluso de los imaginarios de una buena parte de la población. Si se quieren resolver los problemas económicos, sociales y ecológicos, o tienes grandes mayorías que deseen esos cambios y estén dispuestas a defenderlos en la calle, o el margen de maniobra va a ser muy escaso. Por eso los movimientos sociales son tan necesarios, porque son la clave y el espacio desde donde se puede crear un contrapoder que obligue a los que llegan al poder a cumplir con lo que se han comprometido a hacer, y que al mismo tiempo sean un apoyo. Monedero y más gente plantean lo del 1% contra el 99%, pero es que dentro de ese 99% una parte muy importante mira con los mismos ojos del capitalismo porque ésa ha sido su gran conquista cultural: generar un tipo antropológico que mira como le conviene que mire. Cuando hablamos de reforma fiscal hay mucha gente que piensa en la reforma fiscal del 1%, o cuando hablamos de autolimitación se piensa que se va a autolimitar ese 1%. Pero en el 99% hay también grandes diferencias y estructuras sociales, relaciones patriarcales o de clase.
Esa visión de los movimientos sociales como praxis parece que no se refleja en declaraciones como las de Íñigo Errejón, que propuso que el papel de movimientos fuera el de semilleros de ideas.
Disputar la hegemonía política, cultural o económica en abstracto o sobre la base de delegar en la institución para que construya otras relaciones económicas diferentes es muy complicado y prácticamente imposible
Los movimientos sociales no son ni deben ser sólo semilleros de ideas, son espacios de práctica política y de construcción de alternativa. Disputar la hegemonía política, cultural o económica en abstracto o sobre la base de delegar en la institución para que construya otras relaciones económicas diferentes es muy complicado y prácticamente imposible. En los últimos años, han crecido diferentes experiencias que demuestran que la autoorganización en el territorio es algo muy fértil para la transformación social
Otra fricción de la coyuntura actual es la cooptación de activistas y movimientos sociales para formar parte de esas instituciones.
Esa idea es clave, sobre todo porque ya hay experiencias previas en las que los movimientos sociales han sido literalmente vaciados de su gente más potente. Es un riesgo que también existe. Si las previsiones de resultados electorales de Podemos se materializan, se va a necesitar una cantidad ingente de personas y en los movimientos sociales hay gente muy formada, con amplias trayectorias. Lo deseable sería que la gente que se está articulando para llegar a la institución sea consciente de que necesita un movimiento social que no es suyo, que es independiente y que unas veces le va a hostigar y otras le va a apoyar. Es una especie de seguro de vida para no ser comido por el agujero negro de la institución.