Zazpiak Bat 2.0

2023/11/07
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El mundo en el que vivimos ya no es el que vivíamos hace cinco años. Las crisis energética y social, la pandemia de la Covid-19, los efectos del cambio climático y tantos otros trastornos han estado ahí. También en el País Vasco los cambios han sido considerables; La organización en octubre de Euskal Herria Burujabe, cinco años después de la anterior edición celebrada en 2018, brindó la oportunidad de profundizar en ello.

David Lannes, profesor e investigador (este artículo ha sido publicado en francés en la revista Enbata)

En Iparralde, el panorama institucional ya no es el mismo que en 2018, cuando la Comunidad de aglomeración del País Vasco (CAPB) estaba apenas en sus inicios. Desde entonces, ha adoptado una estrategia de cooperación transfronteriza (2019), el plan climático del País Vasco (2021), un plan de movilidad (2022), una secretaría general para la transición energética y la planificación ecológica (2023), etc.

Hay muchas razones para no estar del todo satisfechos ni con estas nuevas instituciones ni con sus propuestas. Las capacidades de la CAPB son limitadas, su gobernanza dista mucho de ser óptima y la cuestión del equilibrio entre territorios surge de forma aguda. En cuanto al plan climático, carece de ambición y no respeta los objetivos de neutralidad de carbono marcados por la Unión Europea para 2050.
Podríamos multiplicar los ejemplos, pero lo cierto es que tenemos nuevas herramientas a nuestra disposición que conviene utilizar en la medida de lo posible.

Lamentablemente, no hay motivos para pensar que los próximos cinco años nos ayudarán más que los cinco últimos, al contrario. No utilizar herramientas con el pretexto de que son imperfectas y centrarse en demandas que están fuera de nuestro alcance sería una pérdida de tiempo precioso. Ya no podemos permitírnoslo.

Construyamos ahora nuevos espacios de soberanía en todos los ámbitos (vivienda, alimentación, energía, lengua, movilidad, etc.), para poder controlar lo que Euskal Herria Burujabe llama “las condiciones de nuestras vidas”. Los obstáculos que encontremos en este proceso alimentarán y encarnarán nuestras demandas institucionales.

¿Y en Hegoalde? Una de las amargas observaciones de este ejercicio de reflexión sobre los cambios de los últimos cinco años es que la construcción nacional ha decaído, víctima entre otras cosas del cierre de fronteras durante la crisis del Covid. ¿Miramos también menos hacia el otro lado del Bidasoa, mientras estábamos ocupados haciéndonos cargo de nuestras nuevas instituciones? Hoy en día, el “Zazpiak bat” quizás no ocupe el mismo lugar en el imaginario de los más jóvenes que entre los mayores.

Afortunadamente, esta tendencia no es irreversible. Dos semanas después de la Euskal Herria Burujabe en Bayona, se organizaron las jornadas “Burujabetzak” en el marco del proyecto Hernani Burujabe cuyo objetivo “es avanzar hacia la soberanía en todos los ámbitos de lo necesario para nuestra vida”. Así, dos proyectos llevados a cabo respectivamente por una organización nacida en Iparralde de la movilización contra el calentamiento global y el ayuntamiento de un bastión de la izquierda abertzale formalizan en idénticos términos la necesidad de reconquistar nuestras soberanías.

Tanto en el Norte como en el Sur, este concepto de soberanía es ahora común entre los abertzales. Así, para el alcalde de Usurbil, “la soberanía es poliédrica, se construye de abajo hacia arriba, desde los pueblos hacia Euskal Herria. Por eso queremos apoyar proyectos que tengan que ver con la soberanía, ya sea en materia de energía, alimentación o cuidados”. El alcalde de Getaria y presidente de Udalbiltza considera que el proyecto de Hernani es ejemplar y que “despierta una envidia sana”.

Durante años, el imaginario del Zazpiak Bat unió a los abertzales del Norte y del Sur aunque nuestros planteamientos políticos eran diferentes. Esta imaginación tal vez funcione menos hoy, pero se nos presenta una oportunidad histórica debido a esta convergencia sin precedentes de nuestra lógica política. Llegamos al mismo punto por caminos diferentes y nuestras experiencias son, por tanto, complementarias para tener éxito en esta reconquista de nuestras soberanías. ¿Qué mejor que trabajar juntos para que Euskal Herria se convierta en nuestro marco natural de pensamiento? Construir un Zazpiak Bat 2.0 que también sea “poliédrico, que se construya de abajo hacia arriba, de los pueblos a Euskal Herria” y que dé una base sólida a nuestras reivindicaciones institucionales.