Estado de emergencia... climática

2021/01/14
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Hace cinco años, la COP21 concluyó con el Acuerdo de París, cuyo contenido de ninguna manera permitía alcanzar sus objetivos. La presión ciudadana para redoblar esfuerzos se hizo entonces vital e Iparralde ha contribuido notablemente a la construcción de un movimiento climático cada vez más presente. Sin embargo, las trayectorias actuales siguen siendo catastróficas y la actitud de los líderes actuales, desde Trump hasta Arosteguy, simplemente está gestando un infierno a corto plazo para la humanidad.

Txetx Etcheverry, publicado en Enbata

Hace 5 años ... La COP21 se desarrolló en un contexto de estado de emergencia, con prohibiciones de concentraciones, tras los atentados del 13 de noviembre. Definitivamente habíamos entrado en la Historia de lo impredecible, llamada a ser dominada por una sucesión de choques desestabilizadores y angustiosos. Hace 5 años ... el concierto de elogios y aplausos casi unánimes que acompañó a la adopción del Acuerdo de París conllevó a olvidar lo esencial. No obstante, Alternatiba lo quiso enfatizar ese día durante una reunión de 20.000 personas en Champ-de-Mars y en un comunicado de prensa que no ha perdido actualidad: los objetivos de este Acuerdo, adoptado por todos los Estados del mundo, eran los correctos. Mantener el calentamiento global por debajo del umbrales destructivos de + 2 ° C o incluso de + 1,5 ° C a finales de siglo. Pero Alternatiba advirtió aquel entonces, que el contenido del Acuerdo lo conducía directamente a + 3 ° C, en el caso ideal y poco realista (dada la naturaleza no vinculante de este contenido), ¡de que el Acuerdo se aplicase plenamente! Lejos de eso, el Acuerdo de París no era suficiente para mantener el cambio climático a un ritmo y magnitud compatibles con la habitabilidad de la mayor parte del planeta. La movilización ciudadana y la presión frente a los responsables políticos y económicos deben reforzarse más que nunca para suplir esta deficiencia.

La aportación del País Vasco

Desde entonces, el movimiento climático se ha convertido en un movimiento global, que toma su espacio en las calles, las urnas, las comunidades locales,...Iparralde ha hecho su aportación. La construcción de la dinámica Alternatiba en 2013 y después la de ANV-COP21 en 2015 marcaron el actual movimiento climático. Como se muestra en una película francesa llamada Irrintzina, los lemas más conocidos de este movimiento climático como "Y uno, y dos , y tres grados, es un crimen contra la humanidad!" (“Et un, et deux, et trois degrés, c’est un crime contre l’Humanité !” ) o "¡Estamos más calientes, más calientes, más calientes que el clima!" (“On est plus chauds, plus chauds, plus chauds que le climat !”) nacieron en sus innumerables encuentros, acciones y movilizaciones. Marcarán los ritmos de las grandes marchas climáticas o las manifestaciones estudiantiles de los últimos años.

Las dos Tour Alternatiba de 2015 y 2018 difundieron el mensaje de la emergencia climática a más de 200 territorios diferentes. Las centenares de Villages des Alternatives de Alternatiba han promovido en todas partes otros modos de producción, consumo, viajes y vivienda, y han despertado la motivación para impulsar nuevas alternativas locales, ecológicas y sociales.

El pacto municipal de transición climática-energética lanzado por Bizi en 2013 en Iparralde ha tenido un impacto en Francia y ha subrayado la importancia del compromiso municipal y regional.

Son dos las acciones que han auspiciado considerablemente la estrategia de desobediencia civil en el actual movimiento climático. La primera en 2015, cuando varios ciudadanos se incautaron de sillas en entidades bancarias culpables de evasión fiscal en la sede del HSBC en Bayona. La segunda, se produjo en abril de 2016 cuatro meses después de la COP21: durante tres días lucharon sin violencia, masiva y radicalmente contra la cumbre petrolera de Pau.

El infierno de Trump y Arosteguy

El camino recorrido en tan poco tiempo nos muesta cómo la toma de conciencia puede acelerarse y cómo puede cambiar la correlación de fuerzas. Pero estamos lejos de haber ganado esta batalla, nos lo acaba de recordar el Alto Consejo para el Clima. Incluso en Francia, deberíamos avanzar dos o tres veces más rápido en nuestros esfuerzos por reducir los gases de efecto invernadero. Con las curvas actuales, existe un fuerte riesgo de que superemos + 1,5 ° C a partir de 2030, + 2 ° C en 2040.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente incluso nos alerta de la posibilidad, con la tasa de emisiones prevista para la década 2020-2030, de superar los + 3 ° C para 2050. En definitiva, la inacción deliberada de algunos de nuestros líderes actuales, como un Donald Trump retirándose del acuerdo de París o una Maider Arosteguy que ni siquiera respeta la ley para la instalacion obligatoria de vías ciclistas, y la insuficiente implicación de otros funcionarios está gestando un infierno. Un infierno  ¡no solo para sus hijos o las generaciones venideras!, sino para las personas adultas que viven ahora.

Es difícil entender cómo será un mundo a + 3 ° C en 2050. Pero para ayudar a visualizarlo, digamos que será cada año una reproducción de este año tan “específico” que acabamos de experimentar en 2020, con consecuencias infinitamente más grave y trágico para las poblaciones.

¿Y si declaramos un estado de emergencia climática?