Desigualdades y pobreza en Europa
Artículo publicado en el boletín 43 del Gabinete de Estudios
El informe recalca que muchos territorios europeos sufren tasas muy altas de paro (en concreto las superiores al 15%, como es el caso de Hego Euskal Herria) y que las personas con empleo no tienen bajo ningún concepto garantizada una calidad de vida aceptable por el fuerte descenso del poder adquisitivo de la clase trabajadora. De hecho, en 2013 "el 9% de los hogares donde se desempeña alguna actividad laboral se encuentra en riesgo de pobreza a pesar de trabajar" lo que afectaba a más de 8,5 millones de personas.
De hecho, y en caso de seguir con las políticas de austeridad, Oxfam prevé que la situación empeore todavía más y a un ritmo más acelerado: en los próximos 10 años "entre 15 y 25 millones de personas más tendrán que enfrentarse a la perspectiva de vivir en situación de pobreza"
Y la situación va a peor, ya que la pobreza afecta actualmente a 123 millones de personas, la cuarta parte de la población de la Unión Europea, frente a los 116 millones de personas empobrecidas que había en 2008. Es decir, la cuarta parte de las personas de nuestro continente se encuentra en una situación económica nefasta y, además, este "riesgo de pobreza" ha crecido hasta afectar a otros 7 millones de personas desde 2008, lo que supone una evolución sumamente preocupante: desde 2008 se ha sumado al umbral del riesgo de pobreza un millón de personas por cada año que ha pasado.
De hecho, y en caso de seguir con las políticas de austeridad, Oxfam prevé que la situación empeore todavía más y a un ritmo más acelerado: en los próximos 10 años "entre 15 y 25 millones de personas más tendrán que enfrentarse a la perspectiva de vivir en situación de pobreza", lo que se traduce en cerca de dos millones de personas más empobrecidas por cada año que transcurra de aquí a 2025.
Por contra, los más ricos siguen enriqueciéndose aún más y acumulando mayores fortunas; un dato significativo es que en el año 2002 había 100 personas en la Unión Europea que acapararan más de mil millones de euros cada una, dato que se había duplicado para 2013 y que sigue creciendo hasta superar las 300 personas milmillonarias en 2014 y rozar las 350 este año.
A modo ilustrativo reproducimos el siguiente gráfico de Oxfam donde se agrupan las personas en base a la riqueza que acumulan. Es llamativo ver que el 1% más rico acapara el 31% de toda la riqueza (lo mismo que el 90% menos rico) y que el 10% más rico acumula el 69%, mientras el 40% más pobre apenas posee el 1% de la riqueza.
Y las causas que han provocado todo esto tampoco son casuales. Oxfam señala como principales causantes de la situación actual las políticas neoliberales y las medidas de austeridad, así como la falta de democracia real, directamente relacionada con la ausencia de rendición de cuentas de los lobbies empresariales
De hecho, Oxfam afirma que esto no es algo casual y que, dependiendo del colectivo al que se pertenezca, hay mayor propensión a verse empobrecido o enriquecido. Así, las mujeres, las personas jóvenes e inmigrantes son quienes más padecen la pobreza, mientras que el colectivo de personas más ricas está mayoritariamente compuesto por hombres adultos.
Como cuestiones ilustrativas, entre otras, cabe mencionar que las mujeres siguen teniendo salarios un 16% inferiores a los hombres en el seno de la Unión Europea (las pensionistas perciben pensiones un 39% menos que los hombres debido a la mayor precariedad que sufren ellas) y que la reducción habida en la brecha salarial tiene más que ver con la disminución de los salarios de los hombres que con cualquier otra cuestión.
También es llamativo que, por primera vez, el colectivo que más sufre la pobreza no son las personas mayores, sino las personas menores de 30 años: hoy en día el 32% de las personas jóvenes europeas vive en riesgo de pobreza.
Y las causas que han provocado todo esto tampoco son casuales. Oxfam señala como principales causantes de la situación actual las políticas neoliberales y las medidas de austeridad, así como la falta de democracia real, directamente relacionada con la ausencia de rendición de cuentas de los lobbies empresariales.
En concreto, el informe constata los graves perjuicios generados por la reducción del gasto público, la imposición de sistemas fiscales injustos, las privatizaciones de los servicios públicos y el ataque contra la clase trabajadora, centrando este último en los recortes de los derechos de las personas trabajadoras y en las erosiones generadas en los sistemas de negociación colectivas.
Para evitar que se agrave la situación y provocar que se pueda dar un giro a las políticas que destruyen aún más el precario equilibrio social, la ONG recomienda una serie de pautas esenciales en las políticas europeas, empezando por fortalecer la democracia mediante el fomento de una mayor participación de todos los agentes implicados y promoviendo una mayor transparencia y rendición de cuentas, incluyendo férreos controles a los lobbies y a las puertas giratorias.
Además, exige el desarrollo del estado de bienestar para que sea pleno y garante de los derechos de toda la ciudadanía, partiendo de una educación y sanidad gratuitas, públicas y universales que deberá completarse con sistemas de protección social de las personas más vulnerables. Este estado de bienestar estará centrado en crear empleos dignos con salarios dignos, ya que Oxfam considera que “la salida de la crisis pasa por una mayor inversión tanto en las personas como en el empleos” y que se han de reducir las diferencias entre hombres y mujeres mediante planes específicos además de reconocer los trabajos no remunerados.
En cuanto a fiscalidad, la organización insta a crear un sistema tributario progresivo para que paguen mayores y más impuestos los ricos y las grandes empresas, a que se tomen medidas contra la elusión y evasión de impuestos, y a que se genere un marco europeo unificado que promueva la cooperación y la igualdad en vez de la competencia y el obscurantismo.
Desde ELA compartimos las conclusiones de este informe, recalcando que no es posible generar un estado de bienestar si éste no se basa en la igualdad y justicia social, para lo cual las primeras medidas han de estar encaminadas a erradicar las políticas neoliberales y las puertas giratorias que lo sustentan.