La vivienda en Hego Euskal Herria: situación y alternativas

2014/07/11
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La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el artículo 25.1 dice expresamente, “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado, que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios”. En definitiva el derecho a vivir dignamente.

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Estudios 30: La vivienda en Hego Euskal Herria: situación y alternativas

Garantizar el derecho de acceso a una vivienda no ha sido, no es y por lo que parece, a corto plazo no será, una prioridad política. Pero tampoco lo son el alquiler social, las promociones públicas, la regulación y el tratamiento de las viviendas vacías, la lucha contra la especulación... Hasta ahora la opción ofrecida para desarrollarse e independizarse ha sido la propiedad, y el único medio el préstamo hipotecario. Esa ha sido la apuesta política, el interés y negocio de muchos.

"Hasta ahora la opción ofrecida para desarrollarse e independizarse ha sido la propiedad, y el único medio el préstamo hipotecario"

Siendo esa la situación, las personas o familias que deseaban iniciar un proyecto de vida, y acceder a una vivienda se veían abocadas a la compra, aunque los medios para ello fuesen del todo desproporcionados (precios desorbitados, condiciones de las hipotecas, intereses muy altos) Es más, quienes tenían la “suerte” de acceder a un crédito se sentían “personas afortunadas”, sin saber que en muchos casos eso iba a suponer la ruina.

La vivienda se convirtió en negocio. Las entidades financieras dieron mucho crédito para el negocio bancario, generando una enorme burbuja inmobiliaria. Lo hicieron para ganar mucho dinero con el crédito, y lo ganaron.

Los gobiernos lo permitieron. Durante años incluso se negó la existencia de esa burbuja. Los distintos cambios legales, o la recalificación como forma de favorecer determinadas actuaciones, son muestras de la conciliación de intereses para favorecer un negocio. No les importó vulnerar brutalmente el derecho al acceso a una vivienda. Ni que hubiese que endeudarse hasta el cuello. Y como era de esperar, estalló la burbuja.

"quienes tenían la “suerte” de acceder a un crédito se sentían “personas afortunadas”, sin saber que en muchos casos eso iba a suponer la ruina"

Todo ello, contribuyó a la crisis actual, que tiene su origen, entre otras razones, en la desproporcionada y abusiva concesión de créditos por parte de las entidades financieras, que durante los últimos años han conseguido multiplicar sus beneficios en índices desmesurados mediante el endeudamiento de las personas y familias.

Se llegaron a dar hipotecas, “contrato en el que dos partes (prestamista – entidad bancaria-  y prestatario – adquiriente de la vivienda) se comprometen a prestar una cantidad de dinero y a devolverlo en las condiciones pactadas respectivamente, estableciéndose de mutuo acuerdo en ese contrato que para garantizar dicha devolución se constituye una hipoteca sobre el bien inmueble a adquirir”, a 50 años, con tasas de interés  elevadísimas, con suelos mínimos que hoy deberían ser techo, y por importes claramente excesivos superiores al valor real de la vivienda en sí con aval y suponiendo incluso más del 50% de los ingresos de la unidad familiar.

"La vivienda se convirtió en negocio. Las entidades financieras dieron mucho crédito para el negocio bancario, generando una enorme burbuja inmobiliaria"

De ahí que antes que esta “crisis de vivienda” fuese tan evidente, se detectasen y salieran a la luz los ya conocidos fallos del sistema. Es del todo inadmisible que por el simple hecho de tener contraída una deuda, en la mayoría de los casos desproporcionada, abusiva e incluso ilegal, y no poder pagarla, se pierda la vida, se queden familias enteras incluso con hijos e hijas en la calle, o se deje de comer por anteponer su pago. El precio es demasiado alto.

La desigualdad del sistema queda también de manifiesto en este tema. De ahí, la denuncia y la reivindicación de la necesaria modificación legal, de alternativas ante los desahucios como la dación en pago, el alquiler social, el embargo temporal de  las viviendas en manos de las entidades financieras...

"Los gobiernos lo permitieron, no les importó vulnerar brutalmente el derecho al acceso a una vivienda, y como era de esperar, estalló la burbuja"

Caben alternativas. En el Estado Español y en HEH han sido diversas las iniciativas puestas en marcha en este sentido. Desde las agrupaciones de personas afectadas y las organizaciones sindicales y sociales que componen el Gune hasta la judicatura y algunas agrupaciones políticas se ha reivindicado y luchado por el cambio, utilizando distintos mecanismos. Eso sí, todos se han tratado de silenciar y criminalizar. La connivencia  entre quienes gobiernan y se han lucrado con esta situación ha sido total. ELA valora muy positivamente el trabajo de denuncia, de propuesta y de acción de las distintas organizaciones sociales que han logrado conseguir sacar a la luz una problemática tan grave y tan silenciada.