Víctimas… ¿nuevo antagonismo?

2013/11/04
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Artículo de Xabier Anza / Me han impresionado –y preocupado– las imágenes de los insultos de que han sido objeto los dirigentes del Partido Popular del País Vasco (y otros) en la manifestación de Madrid de finales de octubre que se convocó contra la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, sentencia que ha dado por finiquitada la llamada doctrina Parot de alargamiento de condenas. Me han impresionado porque si uno se pone en su pellejo no sé que se puede sentir –después de tantos años de militancia política en el punto de mira de ETA– al ser recriminado por cientos de personas que han vivido más que de lejos esa amenaza. Confieso asimismo que me sorprendido la ponderación de algunas de las declaraciones de Arantza Quiroga en estos días, más allá de que no comparta en gran medida su contenido.

31-01-2012Xabier Anza, responsable de formación de ELA (xabieranza.wordpress.com)

Tras la manifestación son muchos los comentaristas que han llamado la atención sobre lo que todos sabemos. El PSOE y aún más el PP han utilizado durante años a las víctimas, otorgándoles un papel y un reconocimiento político que no les correspondía. El PP lo hizo en mayor medida durante los gobiernos del PSOE para desgastar a sus dirigentes. De hecho, no pocos manifestantes responsabilizaban a quién y ¡a Zapatero! de la sentencia europea. Durante los gobiernos de Aznar, por su parte, las víctimas fueron utilizadas para legitimar las más dura de las políticas antiterroristas. Ahora, se dice que, como es lógico, las víctimas reclaman el estricto cumplimiento del talión que el sistema político les ha prometido durante tantos años.

Me parece que algunos están tratando de alimentar un nuevo populismo

Esto es así, pero esto no es todo, en mi opinión, ni mucho menos. Creo que, lamentablemente, la manifestación de marras supone un salto cualitativo de alta significación y gravedad política. Mucho me temo que los sectores más liberales del PP (no los más conservadores), apoyados por el diario El Mundo, intentan una operación bien arriesgada y de impredecibles consecuencias. Tal y como yo he visto y entendido la gestión de los previos de esta manifestación y su celebración, están no sólo utilizando, sino vaciando y manipulando el significante “víctima” para rellenarlo con el significado de un nuevo antagonismo. Los colectivos de víctimas pasarían de ser eso, –víctimas de una violencia concreta e identificada (sean ETA u organizaciones islámicas)– a ser la “mayoría silenciosa”, la personificación de la nación oprimida y victimizada por todo el centón de fenómenos que aparentemente la amenazan en el momento presente: el rojerío socialista, los islámicos, los independentistas catalanes, los vascos que no se dan por vencidos y hasta los dirigentes más melifluos del propio PP.

Dicho de otra manera, me parece que algunos están tratando de alimentar un nuevo populismo (¡qué poco me gusta esta palabra!), un movimiento político funcional a la élite que se postula en España como alternativa ante el escenario de ruptura de la estatalidad que viene dado como consecuencia de factores diversos, como son las políticas de ajuste estructural, la crisis de la protección social, la crisis de la monarquía, la corrupción del PP, el desafío catalán… La operación correría un tupido velo sobre el cártel económico-financiero-político que está en el origen de casi todas esas crisis para catapultar una nueva alternativa. Sabemos que cuantas veces se han producido crisis del tal calibre en España, el fascismo y el golpismo han hecho su aparición. En las últimas épocas, en forma ideología antiterrorista pura y dura, a golpe de ilegalizaciones, detenciones y macrosumarios. Por eso confieso que, aunque por militancia no suelo comprar el diario citado, no le quito ojo allá donde me lo encuentro.