Política de shock para una nueva fase de acumulación de capital
La crisis no es un bache o una anormalidad tras la cual volveremos a la “normalidad”.
La crisis se está utilizando para vender como solución aquellas medidas que interesan al poder, de tal manera que la crisis se salde con una nueva fase de acumulación de capital.
Para hacer posible esa acumulación de capital la política pone en marcha cuatro vectores: (1) convertir en pública un montón de deuda privada, (2) recortar lo público y el gasto social, (3) modificar la estructura impositiva para beneficio del capital, y (4) reducir drásticamente los salarios
Convertir en pública un montón de deuda privada
Todas las ayudas que desde el inicio de la crisis se han dado a la banca, más el llamado rescate de 100.000 milllones que se ha producido en julio (cuyos fondos aún no se han recibido) más el nuevo rescate que se anuncia corren a cuenta del erario público. El llamado rescate
1. Son prestamos al gobierno, no a la banca
2. Es el gobierno quien tiene que devolver esos préstamos
3. El gobierno no va a prestar, sino que va a dar ese dinero a la banca (si fuese un préstamo sería la banca privada quien lo haría, para ganar dinero)
4. No es cierto que sean préstamos incondicionales, hay condiciones y son muy graves. El gobierno, para devolver ese dinero subirá los impuestos y bajará el gasto social
El llamado “banco malo” va a ser uno de los instrumentos para llevar a cabo esta operación: una institución del gobierno que va comprar, con nuestro dinero, los activos inmobiliarios de la banca (suelo y vivienda) a un precio muy superior al de mercado. De esta manera, no imputa en sus balances las pérdidas milmillonarias de la orgía inmobiliaria y eso se paga a escote.
Mientras tanto, sólo entre enero y junio 220.000 millones de euros han sido sacados de las entidades bancarias de manera legal (aparte de la evasión, que es brutal)
Recortar drásticamente lo público para hacer frente a esa deuda
La ley de estabilidad presupuestaria (con el apoyo del PNV) y la reforma constitucional del verano de 2011 constituyen el marco de todas las medidas de recorte del gasto social: el estado se compromete antes a pagar a los acreedores que a cubrir las necesidades sociales de la ciudadanía
Todas las administraciones están aplicando recortes en todos los capítulos del presupuesto, y en especial en el gasto social (sanidad, educación, etc.)
Recortes de empleo de las condiciones del empleo en el sector público
La reforma de pensiones, la realizada y la que se anuncia, tiene también ese objetivo. Bajar el gasto ahora y en el futuro y abrir el camino a una bajada de las cotizaciones empresariales. La bajada de dos puntos de las cotizaciones supone regalar 5.500 millones a la patronal
Estrategias de erosión de lo público e incremento de las privatizaciones
Modificar la estructura impositiva
La caída de recaudación es brutal, como consecuencia del paro, de la recesión económica y del aumento del fraude fiscal
El gasto es mayor, como consecuencia del gasto en desempleo prestaciones (no mucho mayor) y sobre todo del pago de la deuda
El estado ha gastado 100.000 millones entre enero y junio, y sólo ha recaudado 50.000 millones. No va a cumplir ni de lejos con las previsiones de déficit y así se van a justificar los recortes presupuestarios de los próximos años y lustros.
La subida del IVA de julio pretende compensar esa caída recaudatoria, pero es tremendamente injusta pues grava más, muchos más, a las rentas bajas que a las altas.
Empobrecer todos los capítulos del salario y precarizar aún más la relación laboral
Todas las reformas laborales y las dos reformas de la negociación colectiva realizadas tienen por objeto bajar salarios y precarizar la relación laboral
Unido al recorte de las prestaciones sociales (desempleo, subsidio, rentas básicas) y al paro, la clase trabajadora se ve abocada a tener que aceptar cualquier trabajo, cualquier condición y cualquier salario
Recordar que el salario no es sólo lo que va la cuenta corriente, las cotizaciones (propias y empresariales) también lo son.