Mercadeo de la vida, regateo de pañales y devaluación del cuidado

2020/03/10
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Aitziber Aranberri, trabajadora de la Residencia Villa Sacramento de Donostia y delegada de ELA (este texto recoge la intervención de Aitziber en el acto del 6 de marzo de Donostia "Zuena zuriketa morea, borroka feminista gurea")

Todas aquí podéis entender lo larga que es una huelga de 235 días. Lamentablemente en nuestro sector no es la primera huelga, ni será la última. Una consecuencia directa de la evidente transformación que ha sufrido nuestro sector en las dos últimas décadas es la necesidad de estar en huelga ininterrumpidamente.

El ejemplo más claro de lo que estamos reivindicando hoy es lo que ocurre con el trabajo de cuidados. En el mercado laboral o fuera del mercado laboral, el trabajo de cuidado siempre, y desde siempre, lo hemos asumido las mujeres. Siempre gratis, siempre de forma precaria, siempre haciendo el trabajo invisibilizado que ha sostenido este sistema.

¿Cómo no vamos a pasar décadas en huelga las trabajadores de las residencias, viendo el sistema perverso e inhumano de residencias de ancianos que se ha creado en el Euskal Herria?

Y cuando decimos esto no hay que hacer una reflexión demasiado profunda. El sistema es tan simple como cruel. Con el dinero público de todos se contratan empresas privadas para gestionar la vida de nuestros mayores y nuestras condiciones laborales. Es decir, se hace el mercadeo de la vida. Regateo de pañales, devaluación del cuidado. La calidad de vida de los residentes depende de los beneficios de la empresa. Las condiciones de explotación que sufrimos las trabajadoras está en función de las distribuciones de dividendos de los empresarios.

¿Hay algo más importante que cuidar la vida? El sistema lo tiene claro, ¡sí! Más importante es subir el sueldo de Maite Peña y Marke Olano. También es más importante llenar de dinero los bolsillos de las patronales machistas y explotadoras.

El sistema, como decíamos antes, es simple y cruel, y es nuestra responsabilidad usar las palabras que mejor lo describen: nuestros dirigentes políticos son machistas y explotadores. Nuestras empresas y las patronales que las representan son machistas y explotadoras. ¡Y ya está!

Pero frente a ellos estamos miles de mujeres feministas intentando hacer un sindicalismo feminista transformador. El camino será largo y difícil, pero gracias a la organización y a la fuerza que tiene este sindicato tenemos claro que no nos vamos a poner límites a nosotras mismas. ¡Conseguiremos transformar este sistema!

235 días de huelga, ya llevamos 235 días de lucha. Más de año y medio, tres años desde que empezamos la negociación. Por el contrario, tenemos a la Diputación y a sus dirigentes mentirosos, al Gobierno Vasco y los servicios mínimos que nos imponen, a los que no cumplen sus decretos, a los empresarios buitres que vienen a buscar dinero, a los sindicatos vendidos y a los sindicatos esquiroles …

Tenemos mucho en contra, pero tenemos más a favor.

A favor tenemos la fuerza que nos da trabajar cada día en las condiciones que nos impone este cruel sistema. Nosotras, las trabajadoras de las residencias, cuidamos a las personas, a contrarreloj, todos los días, las 24 horas, los 365 días del año. En demasiadas ocasiones no les damos el cuidado que merecen, y no es porque nosotras, los trabajadoras no lo queramos, sino porque en este sistema de cuidados los beneficios prevalecen sobre las personas. Esta injusticia nos da la fuerza para seguir firmes en esta larga lucha que va a mejorar nuestras condiciones laborales. Esto nos da fuerza para seguir luchando por mejorar el cuidado que ofrecemos a nuestros mayores.

A favor tenemos también las ganas de avanzar que nos da la actitud de la Diputación Foral de Gipuzkoa, que en lugar de llevarnos a la resignación, nos da más fuerza. No hay más que ver las declaraciones realizadas con motivo del Día Internacional de la Mujer. Entre las perlas que soltaron la mejor fue ésta: "es de vital importancia prescindir de modelos de trabajo y estereotipos de género que penalicen el desarrollo personal, social y profesional de las mujeres, fomentando la conciliación de la responsabilidad compartida y promoviendo nuevas medidas para reducir la brecha salarial". Evidentemente, eso es un blanqueo morado de libro para el 8 de marzo. Tenemos claro que los avances que se den en materia de igualdad no van a venir de su mano, sino que van a ser fruto de nuestras propias luchas. Por supuesto, también tenemos a favor la pertenencia al sindicato ELA, que nos da un apoyo incondicional en esta larga lucha. La solidaridad de los y las afiliadas de este sindicato es lo que nos permite llevar a cabo esta larga huelga.

Y por último, tenemos a favor la convicción de que tenemos razón en este conflicto. Estamos luchando por la dignidad y tenemos razón. Este sistema nos tiene en esta situación por el mero hecho de ser mujeres y realizar el trabajo de cuidados en el mercado laboral. Pero, todas nuestras reivindicaciones son justas, y vamos a ganar.