(Publicación) Izan ta esan 15: UNA LUCHA COLOSAL que fuerza cambiar la voluntad política

2025/05/26
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La huelga protagonizada por la plantilla del polideportivo de Tolosa en 2023 tuvo una gran repercusión en toda la comarca. Aunque al principio parecía imposible mantener el centro cerrado –mucha gente pensaba que sería cosa de pocos días–, la huelga se prolongó desde mayo hasta noviembre, durante casi siete meses. El conflicto, sin embargo, venía de lejos: aunque la plantilla había manifestado desde 2020 su disposición a alcanzar un acuerdo tras la expiración del anterior convenio, no fue hasta noviembre de 2024 cuando se firmó el acuerdo definitivo. Con el objetivo de explicar mejor todo el proceso y abordar las singularidades de este conflicto, hemos hablado con tres personas que trabajan en el polideportivo –dos delegados o delegadas, la responsable de estructura del sindicato ELA en el sector y la responsable comarcal de ELA–. Sus testimonios nos permitirán reflejar en este documento el recorrido del conflicto y ponerlo en valor.

(Leer o descargar el documento. Para pedir el documento en papel, escribenos a fundazioa@ela.eus)

La huelga y el conflicto laboral de las trabajadoras y trabajadores del polideportivo de Tolosa han sido una experiencia profundamente enriquecedora, que deja lecciones valiosas tanto para el colectivo implicado como para el conjunto del sindicalismo.

La huelga indefinida de siete meses y el posterior proceso de negociación, que se alargó durante un año más, no se extendieron por casualidad. Por un lado, esto fue consecuencia directa de la cerrazón y falta de voluntad negociadora por parte de la empresa. Por otro, el hecho de haber resistido y sostenido un conflicto tan largo solo fue posible gracias a la unidad de la plantilla y a una sólida organización sindical.

La mayor victoria fue, sin duda, lograr que cambiara la voluntad política del Ayuntamiento. En muchos conflictos laborales vinculados a servicios subcontratados, las administraciones públicas tienden a desentenderse, dejando la resolución en manos de las empresas. En este caso, sin embargo, la presión sindical consiguió que el Ayuntamiento se implicara activamente, rescindiera los pliegos y estableciera nuevas condiciones para el servicio. Este tipo de intervención institucional no es habitual y demuestra que una movilización firme y una estrategia sindical bien orientada pueden condicionar a la administración pública.

Asimismo, la unidad del colectivo y la estructura organizativa de ELA han sido elementos decisivos para sostener y ganar el conflicto. El respaldo constante del sindicato, el apoyo de la caja de resistencia y el compromiso de las y los delegados sindicales resultaron imprescindibles. El alto nivel de afiliación y la confianza interna de la plantilla permitieron negociar desde una posición de fuerza real.

Esta experiencia también demuestra que un conflicto laboral puede tener una fuerte repercusión social, lo que genera tanto apoyos como resistencias. La presión de los clubes deportivos y el descontento de parte de las personas usuarias supusieron una dificultad añadida. En este caso, la lucha por los derechos laborales no contó con el respaldo de la comunidad. Aprender a gestionar esa presión social ha sido uno de los retos más complejos del proceso.

En definitiva, este conflicto se ha convertido en una referencia sindical significativa, tanto para las trabajadoras y trabajadores como para el propio sindicato ELA. La experiencia acumulada –una huelga indefinida, la gestión de un conflicto prolongado y una negociación compleja– demuestra que la organización estratégica de la clase trabajadora es clave para avanzar en la mejora de sus condiciones.

Se ha logrado una gran victoria, pero la lucha no termina aquí. Para afrontar los desafíos del futuro será imprescindible aprender de lo vivido, consolidar lo conseguido y mantener la unidad que ha hecho posible esta conquista.