Aberri Eguna 2013: Declaración del Comité Nacional de ELA
ELA cree que la amplia adhesión política y social de la que goza hoy la lucha por una colectividad territorial específica para Iparralde es fruto, sobre todo, de la lucha histórica de ese abertzalismo organizado y plural a lo largo de estas décadas. Y ello es motivo de una gran satisfacción para todos los abertzales, también de Hegoalde. ELA cree que, decida lo que decida ahora el gobierno francés en relación con esta cuestión, la conciencia y la lucha por el reconocimiento institucional ha llegado a un punto de no retorno, que abrirá, en cualquier caso, una nueva fase política.
Los procesos que están viviendo naciones como Cataluña y Escocia en su camino hacia la independencia confirman la actualidad de esas apuestas por construir nuevas entidades de autogobierno, y hasta nuevos estados, y nos fortalecen en nuestra determinación por construir un futuro de libertad y progreso para nuestro pueblo.
Los procesos que están viviendo naciones como Cataluña y Escocia en su camino hacia la independencia confirman la actualidad de esas apuestas por construir nuevas entidades de autogobierno, y hasta nuevos estados
Asimismo, el fin de la lucha armada de ETA –que durante tantos años fue un obstáculo objetivo para la acción conjunta de los abertzales– ha posibilitado nuevas oportunidades políticas que los abertzales de Iparralde están sabiendo aprovechar. También en Hegoalde, creemos, se dan nuevas oportunidades que los abertzales deberíamos saber interpretar y aprovechar.
Y es que, para ELA, vivimos en Hegoalde una situación paradójica. Desde la llamada transición política, nunca nuestro autogobierno ha estado más puesto en cuestión por parte del estado español, y al mismo tiempo, acusamos una bajísima tensión política para su defensa. El estado está imponiendo, por ejemplo, sus rigores económicos y sociales –como es el caso de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, leyes orgánicas o leyes básicas–. Frente a ese ataque, las instituciones, casi en su conjunto, no discuten las imposiciones ni las caracterizan como tales. Los recortes presupuestarios que se van a realizar por parte de los gobiernos de Gasteiz e Iruñea son una muestra de ello. Y estos recortes no sólo se cumplen, sino que se califican como “inevitables” e incluso “necesarios” al mismo tiempo que se critica –como ha hecho el lehendakari Urkullu– o se tacha de maximalistas o retóricos a quienes hemos decidido “confrontar” con las políticas antisociales. Lamentablemente, los cambios de gobierno no alteran una agenda política obsesionada con el déficit que se somete voluntariamente a los dictados de Bruselas y Madrid. Y cabe preguntarse, por ello, cuál es el sentido de las contiendas electorales, si sólo cabe una única política económica y social.