Cuestionamientos en torno a un Batera de la Vivienda (2)
Txetx Etcheverry, miembro de la fundación Manu Robles Arangiz. Artículo publicado en Enbata.
Me gustaría ampliar aquí la reflexión lanzada en este mismo medio por Peio Etcheverry-Aintchart en su artículo titulado "Questionnements autour d'un Batera du logement". En él, Peio expresa todas sus reservas sobre el concepto de Batera de la vivienda que se menciona regularmente en las páginas de Enbata.
Defiende, con detalle y discernimiento, que la lógica Batera que se impuso en la batalla por la existencia institucional de Iparralde no se adapta a la de la vivienda y el suelo. La búsqueda del reconocimiento institucional del País Vasco Norte logró ir más allá de las divisiones políticas y culturales, mientras que los temas relacionados con la vivienda tendría más que ver con la polarización derecha-izquierda tradicional. Existiría un gran riesgo de que por querer reunirnos demasiados, caigamos en consensos blandos que dañen la eficacia misma de nuestra estrategia.
Me permitiré aquí expresar algunas reservas sobre el razonamiento utilizado por Peio, con el fin de enriquecer el debate y la reflexión colectiva, creyendo que la amistosa yuxtaposición de nuestras respectivas partes nos ayudará colectivamente a ver de manera más clara y servirá mejor al interés general de Euskal Herria.
¿Qué política de alianza en materia de vivienda?
A nivel táctico, antes que nada: ¿cómo podemos aspirar, en una Comunidad de aglomeración del País Vasco, compuesta mayoritariamente por representantes electos de derecha y de centro, a arrebatar victorias concretas en los próximos años, para dar respuesta a la urgencia de la actual crisis inmobiliaria y de la tierra, si no tratamos de encontrar puntos en común con algunos de ellos? ¿No corremos el riesgo de condenarnos precisamente a las "únicas declaraciones de intenciones" que Peio precisamente pretende evitar? El ejemplo que apoya su razonamiento ya parece contradecirlo. Cita a los cargos electos que están frenando en seco la reforma del régimen de cambio de uso de los alojamientos turísticos tipo Airbnb. Pero, ¿a quién encontramos exactamente entre ellos? ¡Precisamente los electos anti-Batera -no sólo de derecha-, algunos de los cuales se pusieron en primera línea contra la creación de la Comunidad de Aglomeración del País Vasco! Mientras tanto, otros funcionarios electos, incluidos los centristas, están presionando para que se tomen medidas efectivas e inmediatas sobre este tema.
A partir de ahí, sobre el fondo del asunto: personalmente pienso que Batera no constituyó una simple unión táctica provisional que permitía superar las divisiones tradicionales para arrancar un principio de institucionalización del País Vasco Norte. De hecho, se trataba de una dinámica social que permitía trascender ciertas divisiones y ciertos enfoques tradicionales. La batalla por el reconocimiento institucional de Iparralde reunió y puso en marcha a personas que supieron situar precisamente el interés general de este territorio por encima de las divisiones y los tradicionales juegos de rol de la derecha/izquierda francesa. La práctica crea conciencia y esta práctica ha colocado ciertos valores, conceptos comunes y nociones colectivas por encima de posiciones políticas o económicas convencionales. Creo que esta aportación de Batera es del todo pertinente en la batalla por el derecho a vivir y tener vivienda en el país. Algunos, de derecha pero también de izquierda, sostendrán en estas cuestiones de vivienda y tierra sólo el razonamiento del homo economicus o techno efficacitus. Otros creerán que existe un derecho fundamental de la población del País Vasco a seguir viviendo y viviendo en sus casas, y estarán dispuestos a luchar por ello. Y de repente, a pesar de su filiación política, estarán precisamente listos para supervisar y regular el mercado, para transformar en lugar de administrar. En cualquier caso, tenemos todo el interés en alentarlos a que lo hagan antes que declararlos perdidos de antemano condenándolos a unirse con los partidarios más duros de la derecha local.
Momento de la verdad
La reciente votación de la CAPB sobre la nueva línea de alta velocidad trae aún más agua al molino de Batera. Una abrumadora mayoría se opuso a esta aberración querida por el presidente PS de la Región de Nueva Aquitania y ¿a quién encontramos localmente en la minoría que la aprobó? Principalmente personas anti-Batera como Claude Olive (LR), Manu Alzuri (diversas derechas), Alain Duzert (PCF), Jean-Pierre Laflaquière (LREM), Florence Dupreuilh (PS), Patrick Etchegaray (varios a la derecha). Esto es todo menos una coincidencia: su software político fundamental está ahí para priorizar las lógicas del sistema político y económico, en detrimento de los intereses del territorio y su población. Van más allá de la división derecha/izquierda sin falso pudor para defender -junto a la CCI, la patronal, Philippe Neys del Medef- este proyecto LGV de reubicación de territorios, desarrollo obsoleto, desigual e insostenible, crecimiento a toda costa y máxima velocidad. Lo hacen en un mundo y en un momento en que la cuestión vital es precisamente volver a poner en el centro de nuestros valores y nuestras sociedades el sentido de los límites, el compartir y la reubicación. Lo hacen sabiendo que la construcción de esta nueva línea de LGV tendrá como consecuencia directa descontrolar el mercado del suelo e inmobiliario, que ya ha expulsado del País Vasco a parte de la juventud y la clase trabajadora. Entre ellos, ¿las personas que se autodenominan "izquierdistas" son realmente aliados más confiables para ganar la batalla de la vivienda que algunos activistas de Batera?