La división sexual del trabajo sella la precariedad
Folleto de ELA para el 8 de marzo
El trabajo se sigue dividiendo sexualmente: los trabajos feminizados valen menos social y económicamente que los denominados como trabajos masculinizados. Fabricar herramientas vale más que cuidar personas o limpiar casas o edificios.
Así, la desigualdad estructural de base entre mujeres y hombres en el mercado laboral y fuera de él sella la precariedad.
En estos momentos en el que la palabra precariedad es general en toda la sociedad, desde ELA queremos recordar que las mujeres han hecho frente a la precariedad durante toda la vida, aunque a veces no se reconozca ni visibilice en su justa medida. Los testimonios de Maribe, Ainhoa e Iranzu ponen luz a estas luchas, tanto dentro como fuera de su trabajo.
ELA quiere ser un instrumento útil en este camino.
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