Llamamiento para multiplicar los pueblos de las alternativas
Se han disparado todas las alarmas. Los trastornos climáticos se multiplican, afectando especialmente a las zonas más pobres del Sur, pero también al Norte: sequías, desertificación, cambios en el ciclo estacional, inundaciones, huracanes, tifones, incendios de bosques, deshielo de glaciares y de la banquisa... ¿Seguiremos sin hacer nada? ¿Seguiremos viendo cómo se quema el planeta?
El reto está claro: reducir radicalmente las emisiones de gases de efecto invernadero para no traspasar los umbrales peligrosos o incluso irreversibles de calentamiento y de desestabilización climática.
El destrozo masivo y brutal del sistema climático en un plazo de tiempo tan corto constituye un desafío en la historia de la humanidad.
Pero Alternatiba, esta magnífica jornada, tiene que darnos esperanza: hay soluciones, que ya se están aplicando por parte de miles de asociaciones, colectividades locales y personas. Además, estas alternativas construyen una sociedad más agradable para vivir, donde se convive mejor y hay más solidaridad, justicia y humanidad.
La agricultura sostenible, la relocalización de la economía, el ordenamiento controlado del territorio y el desarrollo de las alternativas al sistema de transporte basado únicamente en las carreteras, la austeridad energética, el ecohabitat, el control de las finanzas, la reconversión social y ecológica de la producción, el consumo responsable, el reparto del trabajo y la riqueza, la ayuda mutua, la reducción y reciclaje de los residuos, la preservación de los bienen comunes como el agua, la tierra o los bosques, nos enseñan el camino... La lucha contra el cambio climático no nos limita, sino que nos da un impulso formidable para construir un futuro más humano.
Por desgracia, los gobiernos y los poderosos de este mundo no van por ese camino. Las negociaciones internacionales sobre el clima se atascan y desbarran. Las multinacionales y los lobbies económicos hacen todo lo posible para que estas alternativas no se apliquen, porque ponen en cuestión el origen de sus beneficios y de su poder.
Aún más, imponen sus falsas soluciones, ineficaces y peligrosas: energía nuclear, biocarburantes, OGM, mecanismos de compensación, financiarización de la naturaleza, geoingeniería, etc. Todo ello permite mantener un modelo en el que el Norte y las poblaciones más ricas del planeta saquean la naturaleza, acaparan la riqueza y devastan el medio ambiente, sobre todo en el Sur.
La implicación ciudadana, la movilización de las poblaciones y la reapropiación de nuestro futuro son indispensables para hacer frente a esta continua erosión. El compromiso de cada uno y cada una de nosotras, al cual apelaba con tanta fuerza Stéphane Hessel, es hoy una prioridad para enfrentar el desafío climático.
La estabilización del clima será el fruto de nuestra unión, de nuestra inteligencia colectiva, de nuestra solidaridad y sed de justicia social, de que seamos capaces de emprender los cambios aquí y ahora, y de hacer que arranque la transición sin esperar más.
A finales de 2015 tendrá lugar la COP21, 21ª conferencia de la ONU sobre el cambio climático. Seis años después de la tan mediática conferencia de Copenhague, la COP21 debería tener un eco parecido, ya que los jefes de estado se han comprometido públicamente a adoptar en ella un nuevo acuerdo internacional de lucha contra el cambio climático para el periodo que comienza en 2020. El horizonte 2020 es señalado por la comunidad científica internacional como un momento en que nuestras emisiones de gas de efecto invernadero deben haber comenzado a reducirse de manera significativa si queremos evitar el desastre.
Para que estas promesas no se queden en papel mojado como ocurrió en Copenhague, es a las ciudadanas y ciudadanos, a las poblaciones, a quienes corresponde movilizarse y actuar para que se adopten soluciones verdaderas. Además, esta COP21 se celebrará en París, en el aeropuerto de Le Bourget.
La movilización popular en Francia y Europa sobre las cuestiones de la urgencia climática y la justicia social adquiere, por tanto, una relevancia de la mayor actualidad.
El éxito y el carácter federador de Alternatiba, este pueblo de las alternativas que ha sido posible gracias a la implicación de cada uno y cada una de quienes estamos aquí en Bayona, es una de las manifestaciones que podría tener esta movilización ciudadana europea.
Llamamos a todas las ciudades y territorios de Europa a preparar, desde ahora, sus propios pueblos de las alternativas al cambio climático y a la crisis social y ecológica.
Se trata, por un lado, de interpelar a los gobernantes sobre las dramáticas consecuencias de la falta de un acuerdo internacional ambicioso, eficaz, vinculante y justo sobre el clima, y por otro, de apelar a la gente a emprender sin más dilaciones la transición social, energética y ecológica necesaria para evitar el trastorno profundo e irreversible de los mecanismos del clima.
El objetivo será igualmente unir a todas aquellas personas que de una u otra manera, por las alternativas o luchas que llevan adelante, contribuyen -en ocasiones sin ser conscientes de ello- a preservar el clima. Lo que Alternatiba ha hecho en Bayona podemos reproducirlo en todas partes, bajo los formatos más diversos.
Para que podamos ver cómo florecen diez, cien, mil Alternatibas, difundamos este Llamamiento en nuestro entorno. Reunamos al máximo número de agentes por el cmabio para preparar desde hoy los pueblos de las alternativas que deberán surgir por todas partes en Francia y Europa, hasta la COP21 de París.
Unidos y decididos, podemos ganar esta batalla en el Norte y en el Sur. Por nosotros y por las generaciones futuras. Para que se pueda decir, hoy como mañana: "¡Nosotros y nosotras nos implicamos a tiempo!".