Impuesto y depuesto de sociedades

Nerea Ibarzabal Salegi, Malen Amenabar Larrañaga, publicado y traducido del diario Berria.

A los emprendedores que empezasteis vuestra carrera en un garaje húmedo, a los que habéis creado un imperio de la nada, a los empresarios bondadosos y generosos que creáis empleo, a los que habéis empezado en un partido político y acabado en los altos cargos de una gran empresa, o a los que habéis empezado en una gran empresa y os habéis convertido en técnicos de gobierno,  por mérito propio, ¡cómo no!; a los locales algo más discretos que Amancio Ortega, os dedicamos un saludo (por si quisierais apoderaros de la plusvalía del saludo).

Aquí estamos, a las puertas de su empresa. En Bridgestone. En GASCA.  En GKN Drivelin. En  PepsiCo. En Petronor. En Tubacex. También tendremos que llamar a la puerta de las grandes cooperativas,  toc-toc: Ampo,Danobat.... Bajad cuando queráis,  nos gustaría aclarar un par de dudas.

Escuchamos a los principales medios y a los consejeros de industria y economía echándoos flores a todos vosotros, diciendo que sois imprescindibles, y que, por lo tanto, hay que daros ayudas y permisos, para que crezcáis continuamente. ¡Dicen que tenéis tanto que ofrecer al pueblo! Por eso os dejan construir grandes infraestructuras en los terrenos del pueblo, chimeneas, cables, naves. Os dejan elegir qué olor tendrá cada pueblo: olor a humo, papel, goma, o petróleo. Aunque emitáis sustancias contaminantes, tranquilos, no se investigará demasiado. ¿Qué importa un poco de llama en el cielo de Muskiz? Mañana, mediodía y noche, las carreteras se llenan de coches según vuestros horarios de trabajo. En tiempos de crisis, se os conceden ayudas desde el saco del dinero de todos. Porque sois del pueblo, ¿verdad? Así decís en vuestros eslóganes y campañas publicitarias, Euskaltel, Kutxabank.

Se os ha dado todo, todo hecho. Venid y tomad, comed todos de esto. Ahora el peso de vuestro nombre hace temblar a cualquiera, porque en cualquier momento podéis decidir despedir al personal o marcharos de aquí, con los bolsillos llenos. Se os ha dado tanto, que ya tenéis más poder de decisión que nadie.

Pero ¿vosotros, qué dais? Puestos de trabajo, ya diréis. ¿Qué clase de puestos de trabajo, en qué condiciones? Si tan siquiera, dierais una parte de lo que recibís. Pero ni siquiera os lo piden. Cada cero de ese tablero que ha mostrado ELA es un agujero sin tapar, una verdad dolorosa: que siempre se ofrecen vías para pagar menos a quien más tiene.

Las grandes empresas que habéis recibido facilidades para tener las fábricas abiertas en medio de una crisis sanitaria apenas pagasteis impuestos en 2019. A la hora de hablar de las limitaciones del sistema sanitario público, ahora en adelante deberían citar uno por uno vuestros nombres en las tertulias de televisión y radio. O deberían rotular vuestros anuncios en la parte inferior: "Esta empresa ha tenido millones de euros de beneficios este año, pero nuestros servicios públicos no lo notarán en nada". Pero eso no ocurrirá. Lo que se verá es la enésima rueda de prensa de Confebask, protagonizada por hombres trajeados, con sus informes y un vaso de agua, y a continuación la protesta reñida de algunos trabajadores en algún polígono, mientras la Ertzaintza protege el edificio. Limpio y sucio. No hay duda de dónde van a estar los representantes del Gobierno, a favor de quién estarán.

Quizá, como habéis bajado de vuestra despacho de cristal, podéis reconocer que nunca empezasteis en un garaje húmedo, que debéis el imperio que habéis construido a la mano de obra de los trabajadores, al capital de vuestras familias y a los escasos impuestos; que los que hoy sois empresarios y consejeros fuisteis compañeros de clase en la Universidad de Deusto; que las donaciones que hacéis a las obras sociales no cubren lo que tendríais que pagar en impuestos en una fiscalidad más justa. Que vosotros también sois el youtuber que va a Andorra, pero a un nivel más profesional: vais a Andorra asesorados por los recaudadores.

Esta crisis se recrudecerá, y pronto empezaréis a imponer vuestras condiciones. Este año tampoco será un buen año para pedir nada, ¿verdad?