La huelga de H&M, un espejo donde mirarse
Las huelgas no se ganan por razones objetivas, poco importa tener razón en una lucha colectiva. Se ganan con el tesón y la solidaridad que emanan de la confianza hacia todas las compañeras y el sindicato que te representa. Las trabajadoras de las tiendas H&M y COS del sindicato ELA en Hegoalde mantuvieron vivo ese sentimiento a lo largo de 50 días de huelga indefinida contra la multinacional sueca y los dos sindicatos mayoritarios del Estado español. Y ganaron lo que era justo, aunque pareciera imposible de conseguir: frenar un ERE estatal rubricado por Comisiones Obreras y UGT.
Esta huelga tiene tantas características singulares que es difícil elegir por dónde empezar: una plantilla feminizada, una solidaridad entre las trabajadoras que supera expectativas, la maternidad como eje –y el derecho a conciliar como respuesta–, un sector que ha empezado a reestructurarse debido al auge de la venta online y la pugna entre los dos grandes sindicatos estatales y la central vasca mayoritaria.
Todo empezó el 6 de abril, cuando el coloso sueco de la venta al por menor de ropa bonita y a precio asequible H&M –y su gama alta, la marca COS– anunció un ERE para 1.066 trabajadoras del Estado, el 20% de la plantilla, así como una modificación sustancial de las condiciones de trabajo y el cierre de 30 tiendas. Categóricamente, las trabajadoras vascas afiliadas a ELA rechazaron el despido colectivo y convocaron cinco días de paro antes incluso de que arrancara la mesa de negociación. “Aquí no sobra nadie. Al contrario, faltan manos”, aseguraron con firmeza.
La mesa de negociación se reunió por primera vez el 23 de abril y en ella se sentaron trece delegadas: 7 de Comisiones Obreras, 4 de UGT y una de ELA.