Tenemos que hablar de esto

2012/02/01
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Xabi Anza. Astekaria 2012-01-30 / ELA eta LABen arteko harremanak ez daude momentu onean. Horri buruz Xabi Anzak bere hausnarketa egin du, Astekariaren orrialdetan

Xabi AnzaEl pasado 22 de febrero, en una entrevista publicada en Gara, el secretario general de ELA manifestaba que "nos gustaría, y no es posible, que la mayoría sindical que ha funcionado interpelando a la política, planteando alternativas y movilizaciones, fuese capaz de seguir haciéndolo". Esta reflexión, obvia para la militancia de ELA que va siguiendo los acontecimientos, ha ocasionado polémica y descalificaciones durante estos días.

ELA no tiene una alternativa de alianzas a la que representa la otra confederación sindical abertzale, LAB. Y por ello la imposibilidad de colaboración es una mala noticia para la clase trabajadora vasca y nuestra responsabilidad es tratar de no llevar el desencuentro más allá de lo estrictamente necesario. La experiencia nos dice que, llegados a este punto, lo fácil es alimentar la escalada de reprobaciones. Lo difícil es tratar de remitirse a los hechos e identificar los problemas sin perjuicio de que, a buen seguro, merezcan calificaciones diferentes.

ELA y LAB celebraron conjuntamente el primero de mayo de 2011. En esas fechas ambas organizaciones iban compartiendo y definiendo la que podía ser la agenda sindical del otoño, marcada, por un lado -como cada año- por la fiscalidad y la aprobación de presupuestos y, por otro, las cuestiones obvias relacionadas con el empleo y las reformas en el contexto de la crisis. El 21 de mayo se celebran las elecciones municipales y forales que -unas semanas después- terminarán aupando a Bildu al gobierno de la diputación de Gipuzkoa y de muchos ayuntamientos de Euskal Herria.

En septiembre Bildu acuerda con el resto de partidos la fusión de las tres cajas de ahorro de la CAPV. Se trata de un cambio radical en la posición anterior de la coalición (que ELA y LAB compartían) que supone la bancarización, abrir las puertas a una futura privatización y aceptar eventuales limitaciones de la obra social. Por otro lado, el acuerdo no garantiza que las condiciones de trabajo del personal de la entidad resultante que trabaja en Hego Euskal Herria se establezcan en un convenio de ámbito vasco.

La posterior propuesta de modificación fiscal de la Diputación de Gipuzkoa gobernada por Bildu fue muy similar a la de las Diputaciones de Araba y Bizkaia y a la del gobierno de Navarra y mereció para ELA el mismo juicio. La reforma se hizo, además, sin participación social. La Diputación se negó a recibir a ELA hasta tener fijada su posición, a pesar de tener en sus manos una propuesta (no sólo fiscal) escrita del sindicato con más de un mes de antelación.

El presupuesto aprobado por la Diputación de Gipuzkoa para 2012 va a suponer un recorte del 13%, mayor que el aplicado en otros territorios. ELA consideró que la reducción real de determinados gastos (infraestructuras, etc.) en nada justifica los escasos recursos que se destinan a gasto social o la congelación salarial en el sector público.

Para ELA, lo importante no es quién hace las políticas, sino qué políticas se hacen. Y es por ello que ha realizado las movilizaciones previstas contra el conjunto de gobiernos y diputaciones de Hego Euskal Herria. Nos habría gustado hacerlo con LAB que, por el contrario, sólo se ha movilizado contra las políticas de las instituciones en que Bildu es oposición. Para ELA, el principio de no subordinación del sindicalismo al poder institucional y a los partidos políticos es un principio absoluto. Porque ahí está en juego su aportación más genuina al proceso nacional, un proceso que debe incorporar elementos de solidaridad y justicia social. Más aún si pretende concitar la adhesión mayoritaria de las clases populares.

Creemos que hay que hacer este debate, que es evidentemente sindical, pero que también compete a los partidos que se reclaman de izquierda: ¿qué dialéctica social están dispuestos a soportar cuando asumen responsabilidades de gobierno? ELA busca una dialéctica con la política en la que ésta admita la autonomía sindical y su voluntad de influir políticamente.

Tenemos que hablar de esto.

Xabi Anza, responsable de formación